ribbon

170 años de José Martí: Las Pascuas en Nueva York (I)

29 de diciembre de 2023

|

 

el-desfile-de-pascua-en-la-quinta-avenida-nueva-york-

 

En más de una ocasión escribió el Maestro acerca de estos festejos en la ciudad donde residió tantos años. La primera vez fue el 24 de diciembre de 1881 cuando preparó una extensa crónica para el diario La Opinión Nacional de Caracas. Se trata de un cuadro costumbrista que detalla minuciosamente el ajetreo de sus habitantes en torno a una celebración de origen cristiano, como se advierte en su nombre en inglés Christmas, término que el cronista usa frecuentemente en el texto para diferenciarlo de las Pascuas del mundo hispánico.

Varios son los ángulos de su enfoque. El que ocupa mayor espacio es el intercambio de regalos como el asunto que ocupaba más a los neoyorquinos. Su descripción no deja, sin embargo, de advertir acerca de las abismales diferencias sociales a la vez que deja entrever que tras esa fiebre compradora que se desata está el afán de ganancias del mercado más que el espíritu religioso.

Desde el largo párrafo inicial el cronista introduce el tema fijando ya las diferencias entre ricos y pobres. “Nueva York es en estos días ciudad ocupadísima en fiestas de ricos y de pobres, y de mayores y pequeños. Son días de firmezas entre los amantes, de efusión entre los amigos, de regocijo, susto y esperanza entre los niños. La madrecita pobre ha esperado a las Pascuas para hacer a su hija el traje nuevo de invierno, con que saldrá el domingo pascual, como cabritillo en día de sol a triscar por las calles populosas. ¡Rubíes hay de precio en las acaudaladas joyerías, mas no vale ninguno lo que valen esas gotas de sangre que acorralan los dedos afanados de la madrecita buena!”

Martí introduce así el desproporcionado contraste social y se vale de la imagen dolorosa de la madre pobre que no puede comprar lujos y sangra para abrigar a su hija en el frío invierno, y pasa de inmediato a los acomodados y ricos: “Los jefes de familia vuelven a sus casas, sonriendo con malicia como que llevan ocultos los amplios bolsillos del abrigo, los presentes para la esposa y los hijuelos. La abuela generosa, vuelve toda azorada de las tiendas, porque no sabe cómo podrá entrar a la casa, sin ser vista de los vigilantes niños, los regalos misteriosos que vienen estrechos al que los encarga.” Al mismo tiempo, el cronista se vuelve sociólogo y da el ajetreo pascual de diferentes tipos de personas.

Describe los “lucientes carros” de las grandes tiendas que reparten las compras de los pudientes; cómo se conciertan las vecinas para ir de compras juntas; se disponen los asientos para los amigos que llegarán a compartir; al padre que cuelga adornos y juguetes en el hogar a escondidas de los hijos; las “doncellas vanidosas” que esperan a varios galanes; los periódicos aumentan su paginado e incluyen temas navideños; “aderezan los pastores· el órgano de sus templos; los magnates se disponen al “baile suntuoso”. La alegría de otros magnates es “collar de joyas, manto de rica púrpura, manojo de cascabeles. Y la tristeza, —pálida viuda! Así son en Nueva York las Pascuas de diciembre.”

Galería de Imágenes

Comentarios