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Lo posible y lo imposible en el «caso» Trump

8 de febrero de 2021

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Este 8 de febrero debe comenzar el juicio político contra el ex presidente de Estados Donald Trump.
Será la segunda vez que el Senado se propone hacer justicia contra un mandatario que, entre sus últimas acciones, se le acusa de provocar el asalto al Capitolio el pasado 6 de enero, cuando vándalos simpatizantes del trumpismo se lanzaron con todo, destruyendo oficinas y documentos con un saldo de cinco muertos y varios heridos.
En un escrito previo al juicio, los miembros de la Cámara de Representantes presentaron su caso para que el Senado condene a Trump, haciendo énfasis en que el pueblo estadounidense debe ser protegido «contra un presidente que provoca violencia para subvertir nuestra democracia», refiere un despacho de AFP.
Agrega la propia agencia que los denominados «gerentes del juicio político», todos demócratas, argumentaron en el documento de 77 páginas que Trump incitó a sus seguidores a marchar hacia el Capitolio.
Fue, sin dudas, un hecho sin precedentes en la historia de Estados Unidos; pero, hacer justicia y condenar a Trump, que resultaría lo menos que debía ocurrir, tiene una buena dosis de imposibilidad, de acuerdo con la escala de valores legales y éticos del sistema imperante en ese país.
El show político, con la marcada intención de ofrecer una «clase» de democracia, se debatía a última hora, entre la cuenta para obtener la mayoría necesaria en el Senado para que proceda el Impeachment y quienes prefieren no sentar precedentes dentro del esquema de gobierno estadounidense.
Pero, se podría decir que lo del asalto al Capitolio fue la última de las acciones que hizo Trump —y se le permitieron—, por lo que, los demócratas insisten en usar otras acusaciones, de esas que han venido coincidiendo con el andar gubernamental de quien ya no está en la Casa Blanca, pero insiste en volver a ella.
Otro despacho de la agencia AFP de la víspera, refiere que, aunque es improbable que sea declarado culpable de alentar una insurrección, los problemas legales de Donald Trump no desaparecerán tras su juicio en el Senado: el expresidente estadounidense podría ser próximamente inculpado ante la justicia penal y enfrenta también múltiples demandas civiles.
En realidad, si lo primero lo veo muy difícil, esta otra arista que incluye muchas de las faltas del ex mandatario, su burla a la justicia y sus comprobados actos ilegales, si puede prosperar.
Se acopian pruebas de distinta índole. Por ejemplo, volvieron a interrogar al exabogado de Trump, Michael Cohen, en prisión tras admitir que compró el silencio de dos presuntas amantes del expresidente.
Antes, el propio Cohen fue convocado a una audiencia en el Congreso, donde dijo que Trump y su empresa inflaban o reducían artificialmente el valor de sus activos para obtener préstamos bancarios o reducir sus impuestos.
Maraña pura en la gran casa que quiere exhibir una democracia que no es y una ética que, incluso el ex presidente Trump, se encargó de echar por la borda.

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