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Edificio de la Aduana de La Habana y sus tres espigones San Francisco, Machina y Santa Clara X

31 de marzo de 2013

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Propaganda de la época

La valoración del inmueble se mantuvo invariable durante la década de 1950. En 1952, cuando se realizó un Acta de Comprobación de Impuestos, se describe el edificio de la siguiente forma: “Constituye esta propiedad un cuerpo de edificio de 3 plantas, con 3 pequeñas torres en su parte central, el cual une 3 espigones conocidos con los nombres de San Francisco, Machina y Santa Clara. El cuerpo del edificio mide aproximadamente 300 por 22 metros; el muelle de San Francisco, 208 por 45 metros; el muelle de la Machina 188 por 45 metros y el de Santa Clara, 172 por 64 metros. Tiene esta propiedad un aproximado de 16 servicios sanitarios. La parte ocupada por sus propietarios se dedica a Muelles y Almacenes y los altos a oficinas. También se encuentran instaladas las oficinas de la Aduana de La Habana, Inspección General del Puerto e Inmigración, cuyos locales han sido entregados oficialmente por exigirlo así la concesión del Estado cubano. Ocupan parte del local, cedidos por los propietarios, la Capitanía del Puerto, la Policía Marítima, Sociedad Vegetal y Médicos del Puerto, así como el sindicato de obreros.”
Un catálogo publicitario, de la Havana Docks Corporation de la década de 1950, insertado en el expediente de Amillaramiento, expone que la compañía poseía construcciones a prueba de fuego, tanto por sus materiales constructivos como por el completo equipo para combatir incendios instalado en los espigones, con un sistema de sprinklers automáticos con cuadros de alarma, que cubrían muelles, almacenes y oficinas. Para alimentar ese sistema había en cada torre dos tanques, y en la planta baja del espigón de San Francisco se localizaba un cuarto de bombas con turbinas y tanque colector. Las turbinas estaban preparadas para, en caso necesario, bombear directamente del mar.
Aún en esos años los espigones estaban considerados entre los mejores de América. Las instalaciones se destinaban a prestar servicios de Muelles y Almacenes de Depósito, manipulación de mercancías de importación y exportación, almacenes afianzados, depósito provisional de carga mientras la misma era aforada por los Vistas de Aduanas.
En todo lo largo de la planta baja había un andén que facilitaba al personal las operaciones de descarga de buques a través de una doble vía de ferrocarril que hacía posible la descarga directa del barco a fragatas, para trasbordar las mercancías destinadas a puntos de la ciudad. La planta alta de cada espigón se dedicaba a almacenaje, y en la primera sección de cada una de ellas se encontraba el denominado Almacén de Tejidos –lugar destinado al depósito, despacho y manipulación de bultos de tejidos y otros artículos valiosos-; en los que se tenía especial cuidado en no dañar en lo más mínimo la mercancía almacenada.
El Edificio Marginal construido a lo largo de la Avenida del Puerto se extendía a través de 1 153 pies de largo, aproximadamente 345.9 metros. En su planta baja había espacio suficiente para el depósito de mercancías voluminosas, así como para la ubicación de las escaleras y los accesos a los elevadores, entradas centrales y laterales para cada espigón, plataformas de montaje (ubicadas al pie de cada elevador para cargar vehículos), y otros equipos. Además, la casi totalidad de esta planta estaba ocupada por la Casilla de Pasajeros; y en el primer piso, desde el muelle de San Francisco hasta el de Santa Clara, por la Aduana de La Habana, lo que pertenecía directamente al Estado de acuerdo con lo dispuesto en la letra de la Concesión 467 de 29 de noviembre de 1905.

catálogo publicitario

Una característica muy publicitada de estos Muelles, que se traducía en facilidades para el servicio que prestaban, se hallaba precisamente en el hecho de que todas las dependencias oficiales relacionadas con el tráfico portuario estaban enclavadas dentro del Edificio Marginal; entre ellas las ya mencionadas de la Aduana de La Habana, la Capitanía del Puerto, y el Departamento de Inmigración, a los que se unían la Inspección General del Puerto, la Estación de la Policía Marítima, la Casilla Central de Pasajeros y los Médicos del Puerto.
La tercera planta del Edificio Marginal estaba destinada también a almacenes, incluyendo el Almacén Afianzado, autorizado por la ley para expedir Certificados Nominativos, es decir documentos negociables. También en el edificio estaba el Taller de Reparaciones y Mantenimiento de la Compañía. En la cuarta planta se encontraban las naves en que la Aduana depositaba las mercancías decomisadas por contrabando y también aquellas que por no haber sido declaradas y despachadas dentro del plazo reglamentario, se destinaban a la venta en pública subasta.

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