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El retorno de la UNASUR

9 de noviembre de 2020

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Los apabullantes resultados electorales en Bolivia que propiciaron el regreso al gobierno del MAS-IPSP, mediante la candidatura presidencial de Luis Arce y la conducción política de Evo Morales, deberán traer seguramente importantes transformaciones y rectificarán muchas de las medidas neoliberales y antipopulares dictadas por el régimen dictatorial de facto que se había apoderado del país.

Paralelamente al rescate de los recursos naturales para el pueblo boliviano y demás iniciativas que caracterizaron a la recién pasada etapa de la Revolución Democrática y Cultural, se avizora también la reaparición de la política exterior independiente y soberana que le había ganado a la olvidada Bolivia un lugar destacado dentro del conjunto de países del Tercer Mundo y del Movimiento de Países No alineados, llegando a ocupar la presidencia del Grupo de los 77 más China en el seno de las Naciones Unidas.

En cuanto a América Latina y el Caribe, fue fundadora de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), desarrollando una activa labor de unión e integración con muchos gobiernos y países de la región, que comenzaron a ver en Bolivia a un socio confiable y digno, dispuesto a la colaboración solidaria y la ayuda mutua, sin exclusiones ni discriminaciones.

En ese contexto, salta a la vista la posibilidad de un retorno activo de la Unión de Naciones del Sur (UNASUR), el brillante proyecto integrador y unitario para el beneficio y la soberanía plena de Suramérica, que tuvo en Kirchner, Lula, Chávez, Correa y Evo a sus máximos impulsores.

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, ya abordó el tema y manifestó que se contaría con el importante apoyo argentino a esta iniciativa, desde un inicio bombardeada por el gobierno imperialista de Estados Unidos y sus lacayos más serviles, en el afán de mantener a la región como “patio trasero” para la explotación y la opresión oligárquica e imperial.

La reincorporación de Bolivia a la UNASUR colocaría a este acuerdo integrador, solidario e independiente, en el camino de la recuperación, retornando a la batalla por sus objetivos originales. Es el momento de trabajar por la reincorporación y allanarla en cuanto a los que tienen ya perspectivas ciertas de hacerlo.

Ante la bancarrota definitiva de la OEA -llevada a su hora final por el títere Luis Almagro-, la reanimación y la actividad de organismos subregionales como UNASUR se hace más necesaria y urgente.

Bolivia está ahora en condiciones nuevamente de dar una contribución decisiva a un proyecto liberador de esta magnitud.

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