Fayad Jamís, un soldado de la belleza

24 de octubre de 2020

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Thays Roque Arce

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Embajada de México, Fayad Jamís, Ministerio de Cultura, Poesía cubana, UNEAC

En el número 266 de la calle O esquina 27, en el Vedado capitalino, vivió hasta el final de sus días el poeta e intelectual multifacético Fayad Jamís, uno de los “hitos fundamentales de la poesía cubana”.

Desde el año 2013 una tarja en los bajos del edificio recuerda la última morada del autor de “Los párpados y el polvo”. Ese recordatorio se renovó este 24 de octubre, como antesala de las celebraciones por el aniversario 90 de su natalicio el próximo día 27.

El sencillo acto que tuvo lugar en la tarde de este sábado honra la vida y la obra del poeta, pintor, periodista y diplomático cubano que nació en Zacatecas, México, en 1930, pero que dedicó a Cuba la mayor parte de su vida.

Correspondió al Ministro de Cultura Alpidio Alonso y al Excelentísimo Señor Miguel Díaz Reynoso, Embajador de México en Cuba, develar la pieza de mármol blanco a amistades, vecinos y personas del sector cultural citados hoy.

Esta insignia continúa el homenaje que en ese mismo sitio, le rindieran hace siete años intelectuales y poetas cubanos convocados por el periodista Andrés Castillo Bernal, en el marco del Festival Internacional de Poesía de La Habana, y con el auspicio de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Ahora la OHCH vuelve a ser parte del gesto, así lo reconocieron los presentes, y en condición de representante de la institución, el Historiador Félix Julio Alfonso extendió la gratitud a Norma Pérez Trujillo, Jefa del Departamento de Inversiones de Rehabilitación Patrimonial encargada de materializar la idea, de conjunto con el Ministerio de Cultura, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y el Consejo de Vecinos del edificio.

Fue el poeta Norberto Codina el impulsor de este acto y el encargo de remembrar al poeta y pintor cubano nacido en México hace 90 años, que se asentó siendo pequeño en Cuba con su familia, en el pueblo de Guayos al centro del país: “su patria chica”, recordó.

“Él nos dejó un legado que todos agradecemos como poeta, pintor, periodista, profesor, traductor, diplomático, director de editoriales” (…) Bastaría uno solo de sus títulos de poesía para hacerlo trascender en el ámbito cubano y latinoamericano. En cada uno de sus libros cifró un huella perdurable”.

El Señor Miguel Díaz Reynoso reconoció el destacado papel que ejerció como Agregado Cultural de Cuba en México. “Fue un constructor del puente de amistad, comunicación cultural e intelectual entre ambos países”.

“Fayad representa la mejor etapa del diálogo entre intelectuales cubanos y mexicanos. Ha habido muchas más, pero esa fue una época en que ambos pueblos necesitaban comunicarse y él contribuyó mucho a esa comunicación”, agregó.

“La poesía de Fayad Jamís dentro de su generación se distingue, y lo convierte en una figura imprescindible de la literatura, y también de las artes plásticas cubanas”, dijo en entrevista el Ministro de Cultura Alpidio Alonso, quien abordó extensamente la obra de Jamís, reconociéndolo, junto a Roberto Fernández Retamar, como uno de los creadores más importantes que se dieron a cantar la épica de los años iniciales de la Revolución.

“Es un acto de justicia extraordinario que nosotros estemos hoy develando esta tarja en el lugar donde vivió, porque Fayad es una presencia ineludible de la poesía cubana (…) Fue fundador, promotor, un soldado de la belleza”, aseveró el Ministro.

Jóvenes de una tertulia literaria de La Habana compartieron con los presentes ejemplares del libro “Los párpados y el polvo”, que en palabras de Alpidio Alonso, es un libro muy significativo dentro de la poesía cubana, que recoge todas esas angustias de la primera juventud del autor, y que marcaron su voz literaria.

Pese a la persistente lluvia que se ha hecho habitual en las tardes de estos últimos meses, se dieron cita en el lugar intelectuales, amigos, representantes de la cultura cubana y sus instituciones, especialmente aquellas ligadas a la vida Fayad Jamís y a este homenaje.

Fue el caso de Luis Morlote, Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba; Pedro de la Hoz, periodista y vicepresidente de la UNEAC; Omar Valiño, Director de la Biblioteca Nacional de Cuba; Jorge Fornet, Director del Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas; Nicolás Hernández Guillén, Presidente de la Fundación Nicolás Guillén; entre otros intelectuales y vecinos del inmueble donde habitó el apartamento número 42.

La tarja, junto al hermoso retrato del poeta que ahora queda perpetuado en mármol, incluye fragmentos del poema “Por esta libertad”, el mismo que da título al texto que fuera Premio Casa de las Américas de Poesía, en 1962.

Por esta libertad de canción bajo la lluvia
habrá que darlo todo
Por esta libertad de estar estrechamente atados
a la firme y dulce entraña del pueblo
habrá que darlo todo
Por esta libertad de girasol abierto en el alba de fábricas
encendidas y escuelas iluminadas
y de esta tierra que cruje y niño que despierta
habrá que darlo todo
No hay alternativa sino la libertad
No hay más camino que la libertad
No hay otra patria que la libertad
No habrá más poema sin la violenta música de la libertad
Por esta libertad que es el terror
de los que siempre la violaron
en nombre de fastuosas miserias
Por esta libertad que es la noche de los opresores
y el alba definitiva de todo el pueblo ya invencible.
Por esta libertad que alumbra las pupilas hundidas
los pies descalzos
los techos agujereados
y los ojos de los niños que deambulan en el polvo
Por esta libertad que es el imperio de la juventud
Por esta libertad
bella como la vida
habrá que darlo todo
si fuere necesario
hasta la sombra
y nunca será suficiente.