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Volver a clases…

2 de septiembre de 2020

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Sabrina no volvió a su escuela del municipio Plaza de la Revolución, en La Habana, este martes 1ro. de septiembre. Su cuarto grado se empeña en terminarlo, como otros muchos niños, a través de las clases por televisión.
No es igual —ni parecido me aclara— porque lleva seis meses en casa, o con sus abuelas que la cuidan cuando su mama trabaja.
Ella, recuerda las veces que la maestra Patricia le llama la atención por conversar en clases.
En su casa es intranquila también, pero responsable. Sus tareas están en orden y ya lo tenía todo alistado para sentarse frente a la TV y «recomenzar el curso».
Pienso en la niña y en su hermanito Ricardo —en 7mo grado—, mientras indago, vía internet, cómo se está produciendo el inicio de curso en el mundo.
Me llamó mucho la atención la forma responsable en que, en Wuhan, China, lugar donde se inició la pandemia y ciudad que fue confinada toda para revertir la grave situación que allí se presentó, este martes 1ro. de septiembre —un poco antes que en Cuba, debido al uso horario— más de 2840 escuelas primarias y secundarias, que atienden a casi 1,4 millones de estudiantes, reabrieron el curso escolar, con estrictas medidas sanitarias. Bellas las fotos de los niños, completamente uniformados, con sus mascarillas puestas, asistiendo a un momento cumbre de sus vidas: el estudio.
Fueron 76 días de estricto confinamiento, el componente responsable asumido por la gran nación asiática, para controlar, como lo hizo, la mortal epidemia. Ahora en Wuhan se habla de la COVID-19 en pasado, pero se mantienen muchas medidas necesarias y se monitorea, como en toda la nación, el comportamiento sistemático, ante cualquier posible rebrote.
Lo más importante ahora —en China y en todo el mundo— es ser lo suficientemente responsables y disciplinados, para que la sonrisa de los niños y con ella la garantía del futuro, no se vean mutiladas.
Sin embargo, leo que en algunos países del Primer Mundo, las escuelas se han abierto, sin que se reglamenten las medidas sanitarias como el uso de mascarilla.
En Francia, más de 12 millones de estudiantes también volvieron a los salones de clases, aunque el país está viendo un aumento en el número de casos del virus. Los estudiantes mayores de 11 años y todos los profesores están obligados a usar cubrebocas y tratar de mantener el distanciamiento social. Donde haya brotes, las aulas volverán a cerrarse, dijo el ministro de educación, Jean-Michel Blanquer, citado por el “The New York Times”.
Por su parte, los expertos consideran que la rápida reapertura de las escuelas en Israel el pasado mes de mayo, jugó un papel importante en los rebrotes del virus.
En Estados Unidos, la mayor parte de los estados ha optado por continuar con el aprendizaje a distancia.
Se trata, sin lugar a duda, de que el volver a clases no puede ser en ningún caso, una simple decisión en pos de buscar la desescalada del confinamiento.
Sabrina, su hermano Ricardito y los millones de niños cubanos ahora afectados, de una u otra forma por una pandemia mortal, volverán a exhibir sus sonrisas y ocupar sus pupitres en las aulas.
En el mundo, serán cientos de millones los que también continuarán sus estudios y se formarán como profesionales, que es igual a constituirse en la garantía del futuro.

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