Antonio Parra

5 de agosto de 2020

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Leonardo Depestre Catony

 

 

De Antonio Parra, nacido en Tavira, Portugal, alrededor de 1740, no podemos ofrecer mucha información. Salvo lo más trascendente, que fue el autor del libro Descripción de diferentes piezas de Historia Natural, las más del ramo marítimo, un texto que Domingo del Monte calificó como “el primer libro de alguna importancia que se publicó en La Habana”.

Se conoce que en su juventud vivió en contacto con el mar, tal vez como resultado de su oficio de pescador. A Cuba llegó hacia febrero de 1763 en condición de soldado de un regimiento de infantería español, en momentos en que la metrópoli gestionaba de Inglaterra la recuperación de la ciudad de La Habana, luego de la toma de esta por los británicos el año anterior, en 1762.

Parece que la afición de Parra por el servicio de las armas fue asunto transitorio, porque tan pronto pudo cambió de actividad y se estableció en nuestro país con propósitos de permanencia. Aquí casó con una habanera que le dio cinco hijos.

La riqueza de la fauna marina de las Antillas deslumbró a Parra, de formación autodidáctica. El libro se editó en 1787 y en él se incluían 75 láminas. Su autor reunió además  una buena colección de animales vivos y muertos, por lo que se afirma que su gabinete de trabajo era una suerte de jardín zoológico atractivo para cuantos visitaban la ciudad y se detenían a admirar la laboriosidad del naturalista portugués.

Así fue como Antonio Parra se convirtió en un personaje célebre en La Habana de finales del siglo XVIII. El Jardín Botánico de Madrid lo nombró miembro correspondiente a cargo de la recolección de semillas, plantas y minerales para su envío posterior a la Península.

 

 

Hacia 1793 Parra embarcó con la familia y las colecciones hacia España y a partir de ese momento se pierde el rastro de nuestro personaje, no existiendo constancia de que regresara a Cuba. La historia del naturalista Antonio Parra tiene un final abierto y ojalá algún día podamos saber sobre él, aunque en verdad lo dudamos. Así es que lo concreto es que fundó en Cuba el primer gabinete de ciencias que existió en La Habana y publicó un libro que todavía hoy es una curiosidad por su información y por sus láminas.