ribbon

Sectas, racismo y la cultura de las armas

29 de junio de 2020

|

 

Una serie televisiva norteamericana que acompaña a las películas de Arte 7 por Cubavisión mostró en su más reciente capítulo como la arenga de un jefe de secta en Estados Unidos, escudándose en la libertad de expresión (Enmienda número 1 de la Constitución) puede inducir al asesinato de quienes se les opongan.
Generalmente, estas sectas también se amparan en la Segunda Enmienda de la Constitución que permite el porte de armas, y lo paradójico de todo esto es que estos grupos esgrimen preceptos religiosos para cometer desmanes y violar los derechos de las minorías raciales.
Siempre mencionamos como un ejemplo de ello al KuKluxKlan y otros entes de igual índole, generados por el supremacismo blanco –tan querido de Trump- y una historia que menciona extraoficialmente la quema en la hoguera de más de 8 000 negros, la mitad en el estado de Georgia.
El mal, al igual que la actual pandemia de la COVID-19, ha sido muy mal tratado en Estados Unidos, donde muchos de los fieles mantienen una cultura de las armas, porque, como otros muchos estadounidenses, piensan que las masacres no justifican la adopción de leyes más estrictas para su compra y el porte.
“Desafortunadamente, en la mayor parte del mundo, las personas parecen pensar que las únicas personas que deben tener un arma son las que nos gobiernan”, dice Andrew Kessler, un abogado que llegó con su AR-15 comprado hace unos meses. “Yo no creo que esté probado que, si hay menos armas, hay menos violencia”, acota.
Cazador desde hace tiempo, es en esta iglesia que defiende a las armas como símbolo de la “soberanía” de sus fieles que Kessler dice haberse tornado “más favorable” a su posesión.
El reverendo HyungJin Moon, siempre lleva en su mano una copia de la Constitución de los Estados Unidos durante los servicios en el Santuario Mundial de Paz y Unificación en New Foundland, Pennsylvania. donde cientos de fieles se reunieron en una ceremonia de bendición para parejas con sus rifles AR-15.
John Paul Harris, de 68 años y oriundo de la ciudad vecina de Scranton, lleva un gorro de béisbol de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso lobby de las armas en Estados Unidos, de la cual es “un orgulloso miembro vitalicio… En todos los lugares de este país donde las leyes sobre armas son más estrictas, la criminalidad está en sus máximos niveles”, asegura.
Con su culto por las armas, la iglesia del santuario tiene a veces aires de milicia armada. “Creemos en una policía de la paz, una milicia de la paz”, confirma uno de sus miembros, KyleToffey. Pero “precisamos centrarnos en Dios cuando estamos armados”, afirma.
A menudo responden a un perfil doctrinal dualista, apocalíptico y pre-milenarista y a una inspiración literaria (la Biblia, el Corán, el Bhagavad-guitá, el Libro de Mormón, etc) fundamentalista. Las sectas con más posibilidades de prosperar son generalmente tradicionalistas, conservadoras y aun ultraconservadoras. Su planteamiento filosófico normalmente intenta volver, o al menos así lo manifiestan, su religión de origen a la pureza religiosa percibida, para lo cual deciden separarse del grupo de origen, liderados por un personaje carismático del nuevo grupo formado.
Estas sectas pueden tener o no un historial judicial en uno o varios países por manipulación mental o por ser grupos de corte destructivo. En algunas naciones no están reconocidas o autorizadas legalmente, pero esto no ocurre en Estados Unidos. De manera general, una secta está más centrada en el culto personal al profeta o líder del grupo.
Muchos quizás han oído hablar del satanismo, muy en boga en las películas de horror, en las que está relacionado con las brujas o con abusos infantiles
También ha atraído a devotos como al hijo más perverso de Leamington Spa, AleisterCrowley, que escandalizó a la sociedad de la época de Eduardo VII, afirmando ser el maestro de la magia negra.
El satanismo moderno, dividido entre sectas ateas y teístas, puede que le deba algo a Crowley, que se llamaba a sí mismo la Gran Bestia y que predicaba el amor libre y la experimentación con las drogas.
La última mutación del satanismo es algo distinto, una insurrección opositora contra un orden mundial patriarcal que se merece su justo castigo.
Pero algunos de sus admiradores se atreven a decir que desde el 2016, y sobre todo en este 2020, los satanistas son más progresistas que la Gran Bestia que incluso ahora tuitea de forma diabólica desde el Despacho Oval de la Casa Blanca. De esto habrá mucho más que escribir.

Comentarios