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Mariano Barberán y Joaquín Collar

1 de abril de 2020

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Uno de los vuelos más espectaculares del decenio del 30 fue el realizado desde Sevilla, España, hasta Camagüey, sin escalas y sobre el mar, por los pilotos españoles Mariano Barberán y Joaquín Collar en el avión Cuatro Vientos, de construcción metálica revestida de tela y que solo alcanzaba una velocidad máxima de 320 kilómetros por hora, algo que por entonces era una verdadera temeridad, aunque la velocidad de crucero era de unos 180 kilómetros.

Existía mucha expectación en la radio y la prensa, así como entre la población. Un titular de prensa del día 10 de junio de 1933 decía: “A las 4:45 de la madrugada emprendieron vuelo hacia Cuba los aviadores españoles” El diario El Mundo, en su edición  del día 11, ponía los pelos de punta a los lectores al informar que “ningún barco hasta ahora ha reportado haberlos visto”.

 

Foto: Granma

Foto: Granma

 

Pero aun así, los dos pilotos y el Cuatro Vientos aterrizaron sin novedad el mismo día 11 en Camagüey, al cabo de casi 40 horas de vuelo. Tan pronto se supo del arribo el pueblo entero de la ciudad se volcó a homenajearlos. Pero escucha esto: cuando el aeroplano tocó tierra, apenas le quedaban 100 litros de combustible en los depósitos, lo cual les impidió segur viaje hasta La Habana.

Primero descendió Barberán, el capitán del vuelo, y después el teniente Collar, quien se abrazó a una de las alas del Cuatro Vientos y exclamó: ¡Te has portado como todo un buen español!

El 12 de junio, en la tarde, hicieron los pilotos la travesía hasta La Habana, donde se les recibió como a héroes. Ya en nuestra ciudad capital no tuvieron un instante de descanso. Se les condecoró con la Orden del Mérito Militar, la Medalla de La Habana y se les entregaron las Llaves de la Ciudad. También el Comité de Sociedades Españolas los homenajeó en el Teatro Nacional. La ciudad rindió a los audaces un recibimiento sin precedentes. Ya en la noche del 19, listos para partir  y desde las habitaciones del Hotel Plaza de las esquinas de Zulueta y Neptuno, Barberán pronunció sus declaraciones de despedida.

 

La colonia española radicada en La Habana ofrece un homenajea Barberán y a Collar Foto: Granma

La colonia española radicada en La Habana ofrece un homenajea Barberán y a Collar Foto: Granma

 

El pueblo habanero los vio partir con cierta nostalgia. Eran las 5:55 de la mañana del martes 20 de junio y el aeródromo de Columbia estaba abarrotado de curiosos y periodistas. El pronóstico  era de mal tiempo para los ases del aire.

Nada más se supo de los aviadores, ni del aparato. El rastreo por tierra y mar fue intenso, pero no se descubrieron sus restos, ni los del avión. Hace algunos años pareció develarse la misteriosa desaparición de los héroes, forzados a un aterrizaje de emergencia en territorio mexicano y luego víctimas de un penoso final.

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