ribbon

El Irak indefenso

16 de enero de 2020

|

 

Fue en el año 2003, tras la invasión y la masacre cometida por Estados Unidos en Irak, cuando la Reserva Federal norteamericana abrió una cuenta para controlar todo el dinero en dólares proveniente del petróleo iraquí.

Fue una jugada vil, típica de la política de la Casa Blanca, atacar militarmente, invadir, ocupar un país y, además, apoderarse del total de sus recursos y ejercer el control sobre los mismos.

Fue convertido de esta forma el país árabe, rico en petróleo, en un indefenso ente manejado por el gobierno que lo agredió, es decir, Irak es una pieza del juego geopolítico yanqui, y todavía hoy, no ha podido desprenderse de esa atadura.

La situación ha llegado hasta el más reciente acto de terrorismo de estado comedido por orden de Donald Trump para asesinar en pleno aeropuerto de Bagdad al general iraní, Qasem Soleimani, lo que ha sido condenado por el gobierno, el Parlamento, toda la sociedad iraquí y la comunidad internacional.

Ante tan criminal acción, el Parlamento de Iraq, de forma unánime, exigió la salida de todas las tropas estadounidenses que actualmente operan allí bajo el supuesto de la «lucha contra los terroristas del llamado Estado Islámico», justificación cuestionada por su gran carga de mentira.

Enterado de la decisión gubernamental y sin haber ofrecido siquiera excusas a Irán e Irak por la acción terrorista, Donald Trump, prepotente y desafiante, amenazó a Irak con emprender sanciones «jamás vistas», si las autoridades de Bagdad obligaban al retiro de las tropas del Pentágono.

El gobierno iraquí teme que las medidas de Trump provoquen el colapso económico del país, por cuanto Washington puede bloquear el acceso de Bagdad al dinero proveniente del petróleo  que tiene en banco de Estados Unidos.

Según AFP, «la oficina del primer ministro iraquí recibió una llamada amenazando con que si las tropas de Estados Unidos eran expulsadas, Washington bloquearía la cuenta de Irak en la Reserva Federal (Fed) en Nueva York».

Recordemos que Irak es el segundo mayor productor de petróleo de la OPEP, y más del 90% de su presupuesto estatal –112 000 millones de dólares en 2019– procede de los ingresos por ese concepto.

Actualmente, en bóvedas de la Reserva Federal en Nueva York, hay unos 325 000 millones de dólares de la cuenta del petróleo iraquí.

Si Trump corta el acceso a ese dinero que es de Irak, la nación árabe sufriría una asfixia económica total que, incluso, detendría el pago de salarios y de otros que involucran a la población.

Puede ser este el mejor ejemplo de cómo ejerce la administración  Trump su política exterior: realiza acto de terrorismo de estado, mata a un general iraní y otros oficiales iraquíes y de la nación  persa lanzando cohetes en pleno aeropuerto de Bagdad, y, por último, amenaza a Irak con someterlo a crueles e ilegales sanciones económicas que afectarían a todo el pueblo.

Comentarios