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Lo que Trump no quería oír

15 de julio de 2019

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En los alrededor de 12 meses que faltan para los comicios presidenciales en Estados Unidos, el actual mandatario, que insiste en reelegirse, no acepta nada que le pueda crear «ruido en el sistema», es decir que pueda provocar críticas relacionadas con su «buena» conducta.
Y en esa guerra, mediática, fundamentalmente, se acaba de producir el desencuentro con Gran Bretaña —socio de Estados Unidos— provocado por las revelaciones del embajador de Londres en Washington, Kim Darroch, obligado a renunciar a su cargo luego que Trump lo conminara a no seguir en su responsabilidad porque no lo recibiría ni aceptaría como tal.
Recordemos que unos días antes, según un cable filtrado, el hoy ex embajador británico había calificado al presidente norteamericano de «inepto» e «incompetente».
Ahora vuelve el tema a los medios internacionales, que resaltan que Kim Darroch acaba de revelar en un informe confidencial que «el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rompió el pacto nuclear con Irán por vandalismo diplomático, para acabar con el legado de su predecesor, Barack Obama», refleja un despacho de la agencia EFE.
Por su parte, el diario británico Mail on Sunday asegura que Darroch redactó ese documento en 2018, tras una visita a la Casa Blanca del entonces ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson.
En aquella oportunidad el ex diplomático trasladó al gobierno británico la opinión de que Trump rompió los términos del acuerdo nuclear con Irán por motivos de su «personalidad».
Estas revelaciones —y estoy seguro seguirán otras más— reflejan una verdad implacable: en Estados Unidos un presidente como Trump es capaz de poner al mundo al borde de una guerra por el solo hecho de que quiera abolir todo lo pactado por su antecesor, Barack Obama con gobiernos e instituciones internacionales.
Y no es solamente por su oposición al demócrata Obama, sino que Trump ha llevado a las riendas presidenciales un estilo propio de una personalidad excéntrica y sin la más mínima idea de cómo se dirigen los destinos de un país, que no es administrar una inmobiliaria o un banco, o escenificar un show televisivo de pésima factura.
Recuerda el diario «Mail on Sunday», que Darroch advirtió que Washington «no puede articular una estrategia para el día después» de romper el acuerdo con Irán, ni tenía «ningún tipo de plan» para trabajar de forma conjunta con sus aliados hacia una solución del contencioso con Teherán.
Y como se dice que en política «todo vale», en círculos gubernamentales de Londres se teme que la filtración tuviera como objetivo forzar la dimisión del embajador en Estados Unidos para reemplazarlo por una figura más favorable a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
El tema, que ya se salió del ámbito puramente diplomático, toma fuerza en distintos medios de prensa, y tanto Londres como Washington, tratarán de controlar la marea para que no se afecten las relaciones entre dos grandes aliados.

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