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El IX Coloquio Bibliotecario por La Habana

5 de junio de 2019

Por Carlos Caparrós

 

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Este martes 4 tuvo lugar el IX Coloquio Bibliotecario, en el Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, conocido popularmente como Palacio del Segundo Cabo. Con la presencia de prominentes especialistas del mundo de las letras, entre ellos, el director del Observatorio Cubano del Libro, Enrique Pérez Díaz, el intercambio incluyó en su programa tres conferencias de variado corte.

La primera, ofrecida por el investigador Rolando Misas, Premio Anual de Investigaciones del año 2010, trató de vincular a la figura insigne de la Bibliotecología en Cuba, Antonio Bachiller y Morales, con la agricultura campesina de mediados del siglo XIX, en las estancias de La Habana.

Con posterioridad, la profesora titular de la carrera de Ciencias de la Información, en la Universidad de La Habana, y doctora en ciencias Zoia Rivera, nos acercó a la estrecha relación entre el Lyceum Lawm Tennis Club y el mundo bibliotecario de La Habana a comienzos de la década del 30 del pasado siglo.

Esta institución, fundada en 1929 por Berta Arocena de Martínez Márquez y Renée Méndez Capote, constituyó una organización feminista para el desarrollo cultural nacional, que llegó en términos de activismo a la altura del Grupo Minorista, la Alianza Nacional Feminista y otras de la época. Fue famosa por establecer, entre otras cosas, el primer curso de instrucción para bibliotecarios.

La tercera y última conferencia, dada por Enrique Pérez Díaz, director del Observatorio Cubano del Libro, esbozo los títulos y la intención editorial en la colección de libros por los 500 años de la ciudad capital. En el plan entran 34 títulos, muchos de los cuales ya han salido al mercado. Otros, aun aguardan en el polígrafo, incluso existen varios que todavía están en proceso editorial.

Aun así, nos dice el director del Observatorio, el plan de publicación para toda la colección nunca fue previsto a corto plazo, sino en un quinquenio empezado en 2016, que debe concluir este año. El criterio de selección tuvo en cuenta a obras que reseñaran la vida del habanero, que reunieran en su cuerpo vivencias, historias, y tuvo en cuenta a autores de este tiempo, además de los clásicos.

Entre los libros pudiéramos señalar “La Habana, maravilla patrimonial”, del autor G. N. Ayes, ensayo a cargo de la editorial científico-técnica, y “El vedado: historia de un reparto habanero”, de Concepción Otero Naranjo. “Las honradas” y “Las impuras”, novelas de Miguel de Carrión, también entraron en esta colección.

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Comentarios



Rolando E. Misas Jiménez / 26 de junio de 2019

Estimado periodista: He leído sus noticias sobre la X Jornada por el Día del Bibliotecario, finalizada recientemente, las cuales transmiten la trascendencia del evento dedicado a Antonio Bachiller y Morales, Padre de la Bibliografía Cubana. Constituyen un justo reconocimiento al esfuerzo realizado por los organizadores en cada una de las actividades programadas. Lo mismo se puede decir con respecto al IX Coloquio Bibliotecario, cuya realización fue notoria por las conferencias impartidas. Sin embargo, quisiera aclararle algunas cuestiones relacionadas con la primera conferencia, la dedicada precisamente a homenajear a Bachiller y a los 500 años de La Habana, con un tema a todas luces novedoso: el interés de Bachiller por la agricultura que rodeaba a la capital. Quisiera recordarle que los asistentes al Coloquio no sabían que este ilustre habanero se había dedicado al estudio de este importante sector económico para que desarrollara una diversidad de cultivos dedicados a la alimentación de la población citadina. Con esa intención, defendió, por ejemplo, el fomento del cultivo del trigo “naturalizado” en Villa Clara para así sustituir importaciones. Con este comentario hago constancia de la observación efectuada en dicho coloquio acerca de la vigencia de este tipo de estudio. Por último, llamo su atención acerca de la errónea observación de que el conferenciante “trató de vincular” a Bachiller con la agricultura habanera. Deseo manifestarle que no pretendo imponer ningún criterio festinado sino que demuestro, de manera fehaciente, esa meritoria labor de Bachiller y para ello me apoyo en el estudio científico de las fuentes primarias y en una larga experiencia de investigación en historia de la ciencia agrícola, avalada con importantes resultados. Si tiene alguna duda al respecto, le recomiendo la lectura del libro La Trampa del lucro: presencia en los agrónomos de Cuba (1796-1860), Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2016 (Mención de Investigación Cultural en el Instituto “Juan Marinello”). El Premio de Investigación Cultural 2010 fue con el libro Génesis de la ciencia agrícola en Cuba, publicado en esa institución. Atentamente suyo, Rolando E. Misas Jiménez Historiador e investigador del Archivo Nacional de Cuba