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Trump pone los muertos

3 de junio de 2019

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El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, informó que anunciará formalmente este 18 de junio, su candidatura para la reelección en los comicios del 2020.

Esta es una noticia que se veía venir. Toda su campaña y también su forma de dirigir a un país, están encaminadas a tener continuidad como mandatario en una segunda oportunidad.

Es posible que lo inspire aquello de que si ya votaron por él y lo eligieron en una primera ocasión, podría ocurrir una segunda equivocación de los votantes y dejarlo por cuatro años más en la Casa Blanca.

Ahora bien, mientras esta fanfarria electoral ocurre, otras crueles y tristes verdades tienen que ver con Trump, y deben ser conocidas y denunciadas por la comunidad internacional.

El magnate-presidente es el responsable de una política migratoria de tolerancia cero y, en vez de buscar una solución, sin arrogancia ni prepotencia, se empeña en levantar un muro que exacerba a quienes en los países centroamericanos y otros, optan por buscar un futuro de trabajo y oportunidades, allí donde en muchas ocasiones encuentran la muerte.

La verdad, llena de lágrimas y de luto, es que en las últimas semanas cuatro niños guatemaltecos han fallecido bajo la protección de las autoridades fronterizas estadounidenses.

La última respuesta de Trump ha sido la de imponer nuevos aranceles a México mientras el gobierno de la nación azteca no detenga el flujo de inmigrantes por su territorio.

Lo sensato, lo no criminal, fue la propuesta del mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de hacer una inversión conjunta y propiciar en una franja de la frontera, una especie de zona franca, donde encuentren trabajo y salario dignos, los que van por ello al otro lado de la frontera.

Pero Trump, sobre esta legítima propuesta, ha optado, una vez más con amenazas, sanciones y subida de aranceles a productos mexicanos que se exportan a Estados Unidos.

Otros muertos que corresponden a Trump y su demencial política, son los cuatro niños venezolanos que fallecieron mientras esperaban por un trasplante de médula ósea, en un programa ya acordado con una institución de salud italiana.

Los menores, que al igual que otras dos decenas esperan por ese trasplante, fueron literalmente condenados a muerte cuando Donald Trump, en su afán por destruir la Revolución Bolivariana y apoderarse de los recursos energéticos de la nación sudamericana, ha congelado todo el dinero de la compañía estatal PDVSA, encargada de abonar el costo de la cura de estos niños en Italia.

Al momento de querer retirar el dinero en un banco europeo para transferirlo a la institución médica italiana, los funcionarios venezolanos recibieron la negativa, debido a las sanciones impuestas por Washington.

Esto quiere decir que Trump no solo aplica leyes genocidas para instituciones radicadas en su país, sino que mueve sus tentáculos hacia instituciones bancarias y otras del Viejo Continente.

Otra Helms Burton, esta vez aplicada contra la nación bolivariana y que provoca la muerte de niños y el luto de padres.

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