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Otra oportunidad al CNA

13 de mayo de 2019

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A pesar de errores cometidos durante el anterior gobernó de Jacob Zuma, la puesta en prisión por corrupción del mencionado personaje y la crisis económica en que está envuelto el país, el partido fundado por Nelson Mandela, el Congreso Nacional Africano (CNA), ganó holgadamente las recientes elecciones generales, y virtualmente aseguró la continuación del mandato al actual presdente, Cyril Ramaphosa.

Observadores internacionales garantizaron la limpieza de los comicios, que se celebraron en total tranquilidad, pero 27 de los 47 partidos de oposición participantes acordaron pedir su anulación, alegando diversos fraudes no comprobados hasta ahora.

EL CNA triunfó, por la confianza que el pueblo siempre le ha otorgado al partido de Mandela y la disposición de Ramaphosa de combatir la creciente pobreza, que llega a la casi mitad de los sudafricanos, y la desigualdad reinante.

Ramaphosa, quien siempre fue muy cercano a Mandela, ha sido realmente sincero, al reconocer errores del CNA, y prometió que seguirá aplicando medidas para subsanarlos.

 

Mucho por hacer y rehacer

El 27 de abril de 1994, se llevaron a cabo las primeras elecciones democráticas en Sudáfrica. Por primera vez, los negros, que representan tres cuartas partes de la población, votaron, poniendo fin a tres siglos de gobierno blanco y al régimen de apartheid en vigor desde 1948.

“Esto es para todos los sudafricanos una ocasión inolvidable, (…) el comienzo de una nueva era”, fue lo primero que dijo Nelson Mandela el 27 de abril de 1994, después de votar por primera vez en su vida.

“¡Por fin somos libres!”, clamó, entre tanto, el 2 de mayo de mismo año durante su famoso discurso de la victoria en el hotel Carlton de Johannesburgo.

Hoy, y no obstante de que Sudáfrica es la nación más industrializada del continente, el crecimiento económico se mantiene débil: se contrajo 0,8% en el 2018 y muchos de los servicios estatales -desde la educación hasta la producción de electricidad- son muy deficientes.

El desigual reparto de la tierra, mayoritariamente aún en manos blancas, y la elevada tasa del 27% de desempleo, son otros de los factores que acrecientan las grietas socioeconómicas del país.

Cyril Ramaphosa sucedió en el 2018 al jefe del país Jacob Zuma, presionado hasta la renuncia por el mismo Congreso Nacional Africano, debido a los escándalos de corrupción en los que está enredado. Ahora todo parece indicar que Ramaphosa revalidará el cargo que heredó de Zuma.

El resultado de estos comicios, demuestra que, tras la muerte de Mandela, la lealtad del pueblo sudafricano al CNA permanece viva, a pesar de la fallida lucha contra el crimen, el elevado nivel del ya mencionado desempleo o las graves deficiencias en la provisión de los servicios estatales.

Pese a estas dificultades, para las cuales el presidente Ramaphosa ha anunciado planes y programas diversos encaminados a su solución o al menos alivio, ha sido respaldado por un pueblo fiel a Mandela y su partido, el Congreso Nacional Africano.

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