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Tensión en Sudán

16 de abril de 2019

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El toque de queda se mantiene en Sudán a casi una semana después del golpe de Estado dado por los militares que depusieron a Omar el Bashir, quien permaneció durante 30 años al frente de la nación africana; suspendieron la Constitución y ordenaron el cese de hostilidades en ese país destrozado por los conflictos internos.

Las manifestaciones populares han ido creciendo, en demanda de la formación de un gobierno civil que tome medidas contra la crisis económica que ha hecho descender notablemente la calidad de vida del sudanés.

Asimismo, los manifestantes protestan contra la corrupción reinante e hicieron renunciar al Ministro de Defensa que había asumido en lugar de Al Bashir.

Empero, la tensión se mantiene, suceden más y más demostraciones contra los militares, en tanto la inteligencia local asegura que agentes al servicio de Estados Unidos y del Mossad israelí se han infiltrado en las demostraciones, obedeciendo a un guión para llevar el caos al país, al estilo de lo que hicieron en Ucrania y han estado reeditando en diferentes etapas en Venezuela.

Sudán se ha caracterizado por el apoyo a Siria, la hostilidad hacia Israel y la solidaridad con los palestinos, y ello, independientemente de errores en la política interna, ha despertado la cólera de Tel Aviv.

No hay que olvidar que está plenamente demostrado que agentes del Mossad y de la CIA trabajaron intensamente en la escisión de Sudán, apoyando las acciones que llevaron a la creación de Sudán del Sur, cuyas autoridades y elementos opositores, no obstante, emprendieron posteriormente una política contraria a los intereses foráneos.

 

Omar Al Bashir

Con virtudes y defectos, la figura clave en la situación en Sudán fue el presidente depuesto, Omar Al Bashir.

Nació el 1 de enero de 1944 en una aldea en la parte central de Sudán. A los 22 años se graduó en una academia militar en la capital del país, Jartum. Luego, estudió también en Malasia y Paquistán.

Tomó parte en la guerra de Yom Kipur contra Israel en 1973, al luchar del lado de las fuerzas egipcias. Después de la guerra, entre 1975 y 1979, fungió como agregado militar de Sudán en los Emiratos Árabes Unidos. Tras cumplir con su misión en EAU, regresó a Jartum, donde continuó su carrera militar.

En 1989, Al Bashir lideró un golpe de Estado contra el gobierno civil que tuvo como consecuencia el derrocamiento del primer ministro Sadiq Mahdi. Se proclamó presidente del Consejo del Mando Revolucionario para la Salvación Nacional y en 1993 se convirtió en presidente de Sudán.

Al Bashir ganó en las elecciones de 1996 con el 75% de votos a favor de él. Los años de su gobierno se caracterizaron por una severa crisis política en el país, cuando Sudán vivió una guerra civil desastrosa que duró más de 20 años y provocó por lo menos un millón de muertos, sobre todo por la hambruna.

El conflicto acabó con la independencia de Sudán del Sur, que fue proclamada en el 2011. La Corte Penal Internacional dictó una orden de arresto contra Al Bashir, al acusarlo de genocidio y crímenes de lesa humanidad durante el conflicto en la provincia sudanesa de Darfur.

El propio Al Bashir declaró que no reconoce el fallo de la Corte y continuó visitando otros países como líder de Estado, incluso a los que son miembros de la Corte.

El presidente, que fue reelegido en el 2000, 2010 y 2015. fue depuesto por los militares que le acompañaron durante estos años, y han prometido, repito, que entregarán el gobierno a los civiles, pero ello no ha devuelto la paz, hay ataques contra las fuerzas policiales y la represión ya ha provocado varias decenas de muertos y centenares de heridos y arrestados.

Hasta este 15, la situación permanecía inestable y por ahora queda poco claro qué puede pasar con el país en los próximos días. Pero una cosa está clara: nunca volverá a ser como era antes del golpe de Estado que depuso a Omar al Bashir.

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