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Premier de la Séptima Sinfonía en La Mayor, de Beethoven

29 de marzo de 2013

La Séptima Sinfonía de Beethoven es, sin dudas, una de las obras más optimistas, regocijantes y rítmicas de toda la creación del gran compositor alemán. Según consta en sus apuntes personales, él inició los bocetos de su Sinfonía No. 7 en 1809, o sea, inmediatamente después de haber concluido la “Pastoral”. Sin embargo, Beethoven no acometió el trabajo mayor de la Séptima hasta finales de 1811, y en los primeros meses del año siguiente ya estaba totalmente concluida.

Y como dato curioso, es bueno señalar que desde las primeras audiciones de esta obra, los juicios críticos se dividieron en dos vertientes: en Austria fue bien recibida, mientras que los comentaristas alemanes se expresaron, mayoritariamente, con dureza y hasta con ironía. Incluso un colega tan cercano a Beethoven como Carl María von Weber, llegó a afirmar que “después de la Séptima, Beethoven estaba apto para el manicomio”. Otros consideraron que Beethoven había escrito esa sinfonía bajo los efectos de la bebida. Afortunadamente, el lúcido escritor francés Romain Rolland respondió así a los que observaban en esta obra síntomas de embriaguez: “Sí, dijo Rolland, se trata en realidad de la obra de un embriagado, pero embriagado de genio y de poesía”.

Otros críticos se empeñaron en buscar el programa descriptivo que, según ellos, había servido de fundamento a la partitura. Y claro que Beethoven no podía revelarlo porque nunca lo tuvo en su mente.
Lo cierto es que, para cualquier oyente, la Séptima constituye un poderoso impacto emotivo. Toda la obra está recorrida por un espíritu de liberación rítmica, de impulso avasallador y de rebeldía artística.
El movimiento lento de la obra es un monumental Allegretto que ha pasado a la historia musical como ejemplo de imponente majestuosidad en la arquitectura sonora.

Ese arrebatado dinamismo rítmico que preside la obra, llevó a Ricardo Wagner a calificar a esta Séptima Sinfonía como “la apoteosis de la danza”, del mismo modo que esa capacidad de “provocación” que deriva de su fuerza rítmica y de su elocuencia monumental, ha resistido inalterable el paso del tiempo, de los gustos y de los estilos, pues la Séptima de Beethoven sigue siendo hoy una de las sinfonías más impresionantes y vitales, no sólo de cuantas escribiera Beethoven, sino de toda la historia musical.

El estreno de la Séptima Sinfonía en La Mayor, obra que ocupa el tardío opus 92 en el catálogo general del compositor alemán, tuvo lugar en la Universidad de Viena, durante un concierto a beneficio de los soldados heridos y mutilados durante la invasión napoleónica al territorio austríaco. Eso ocurrió hace 194 años, UN DIA COMO HOY.