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Estreno mundial del Capricho español, de Rimsky Korsakov

29 de marzo de 2013

Posiblemente el país europeo cuyo folclore musical atrajo con más fuerza la atención de los compositores de otras latitudes, ha sido España. Como se sabe, el propio carácter de mosaico que muestra dicho país, con características regionales muy marcadas en su música popular, ha sido para muchos compositores un muestrario muy atractivo para incorporar esos elementos melódicos y rítmicos a sus creaciones. De esa forma, la atmósfera y el sabor de la música de España ha aparecido en obras de autores rusos, polacos, franceses, italianos y de otras nacionalidades, como si esos artistas quisieran dar su propia versión del arte musical hispánico. Y un magnífico ejemplo de esta tendencia lo es el Capricho español, compuesto por el compositor ruso Nicolás Rimsky-Korsakov en 1887.
El Capricho español es, a pesar de su título, una muestra de los grandes logros de la escuela nacionalista rusa en el arte de la orquestación y, al mismo tiempo, una pieza de exhibición para demostrar al oyente el virtuosismo de los solistas y de los músicos que integran una orquesta sinfónica. Y aunque el Capricho fue escrito por Rimsky-Korsakov como obra puramente destinada a los conciertos, en 1939, el coreógrafo Leonide Massine, en colaboración con La Argentinita, hizo una coreografía de la obra de Rimsky con destino al Ballet Ruso de Montecarlo. En ese carácter, o sea, como obra destinada a la danza, el Capricho español fue estrenado en mayo de 1939 con la propia Argentinita, Massine y Alexandra Danílova en los papeles principales.
Pero hoy estamos evocando el momento en que la partitura del gran compositor ruso fuera estrenada por primera vez en conciertos, tal y como fuera concebida originalmente por su autor, y ese hecho ocurrió hace 120 años, UN DIA COMO