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Las “sorpresas” de Trump por fin de año

28 de diciembre de 2018

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Una visita relámpago del presidente norteamericano Donald Trump, a sus fuerzas militares instaladas en Irak, y el anuncio de que retiraría otros 2 000 soldados que están en Siria, sin autorización del gobierno legítimo de esa nación árabe ni por mandato alguno de la ONU, parecieran ser las “sorpresas” del magnate inmobiliario para despedir el 2018 y para iniciar su campaña por reelegirse en 2020.
Eso de posar ante las cámaras junto a militares con sus manos posiblemente manchadas de sangre, ha sido típico de los mandatarios norteamericanos en las últimas décadas.
Cada fin de año visitan a sus tropas que han invadido y ocupado a otros países, o que participan en guerras muy distantes de Washington, y allí se hace muy común aquello de “felicitar” a los uniformados, en este caso en busca de votos favorables ante los planes de Trump.
En su viaje relámpago a Irak —quizás sin que las autoridades del país árabe lo supieran— el presidente y su esposa, posaron para las cámaras con caras de buena gente, sonrieron, dio alguna que otra palmadita sobre el hombro de algún oficial o soldado previamente escogido, y… de vuelta a Washington, donde tiene la casa llena de problemas.
En su discurso ante los militares, dijo que no retirará las tropas de Irak porque —¡oigan esto!— podrían servir como base para “hacer algo en Siria” en caso de que fuera necesario.
Es decir, anuncia la retirada de Siria pero deja las tropas en la nación vecina por si ocurre algo. Imaginemos que mañana o la semana que viene, los terroristas del Estado Islámico —que todavía hay por aquellos parajes—, hiciesen algún atentado o masacraran a pobladores. ¿Será ese el momento para intervenir, según la lógica de Trump?
“De hecho, podríamos usar Irak como una base, si quisiéramos hacer algo en Siria”, afirmó Trump, según reporte de Al Mayadeen en español.
Para no perder su costumbre, el presidente apoyó la decisión de Arabia Saudita se contribuir con la reconstrucción de Siria, a la vez que acusaba a los aliados de “explotar su amistad con Washington”. El propio Trump ha reiterado que Estados Unidos no aportará fondos para la reconstrucción de la nación árabe destruida por los terroristas del Estado Islámico y por los bombardeos de una coalición encabezada por Washington.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia advirtió que la decisión de Estados Unidos de retirar sus tropas de Siria debería contribuir a una solución integral de la situación en ese país y expresó sus dudas al no existir un calendario claro para el repliegue.
Medios de prensa y analistas de Estados Unidos consideran que el anuncio de la retirada de Siria, más que el reconocimiento del fracaso de la política de Trump contra esa nación, debería entenderse como un paso táctico en el contexto de una escalada política que será adoptada por Estados Unidos.
Incluso, hay quienes aseguran que el paso norteamericano de retirarse del este de Siria podría ser una maniobra en preparación para la escalada política y en el terreno.
Y una pregunta ronda en todos estos análisis: ¿será el anuncio de Trump el preludio de una agresión israelí contra Siria y El Líbano?
No olvidemos que Israel es una pieza clave en la política y el actuar de Washington en toda la región del Oriente Medio.

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