Honrar a Bolívar, también desde La Habana

17 de diciembre de 2018

|

ALBA-TCP, Cuba, Cultura, Oficina del Historiador de La Habana, Simón Bolívar

Texto y fotos: Thays Roque Arce

 

 

La necesidad de fortalecer la unidad en la diversidad, a través de la concertación política y la integración, y la defensa de la soberanía y autodeterminación de los pueblos, ha sido por estos días la premisa a debatirse en la capital cubana, prestigiada recientemente con la celebración de la XVI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

Es precisamente el ALBA un sueño auténticamente bolivariano. Prueba fiel de que el pensamiento de Simón Bolívar está latente en el corazón y pensamiento de los pueblos latinoamericanos, sus hombres y mujeres, sus dirigentes e instituciones; presente en la voluntad política, en la cultura compartida, en los deseos de paz y de justicia de la región.

 

 

Este lunes 17 de diciembre se recordó en La Habana una vez más a Bolívar. Ante su imagen, en su casa del Centro Histórico Habanero. Como es habitual, en esta fecha se depositan flores ante su estatua de la calle Mercaderes esquina Obrapía. Hoy hace 188 que moría el padre del pensamiento emancipador bolivariano en tierra Colombia. Y también hoy se le recuerda, inflexiblemente, en La Habana.

El honor de poner a los pies del Libertador las ofrendas florales representativas de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, de los Estados y Gobiernos de Venezuela y Cuba, correspondió a Vivian Josefina Alvarado Linares, Encargada de Negocios de la República Bolivariana de Venezuela en la República de Cuba; al Cónsul General venezolano, Julio Marcelino Chirino; a la General de División Maira Oropesa de Cabriles, Agregada de Defensa; a Pedro Pablo Prada Quintero, Director de América del Sur del MINREX; y a Álvaro Verde Tribons, Director de la Casa Museo Simón Bolívar.

El acto político-cultural continuó, como es habitual, en la casa de todos los venezolanos y bolivarianos de corazón, en la parte más antigua de la ciudad de La Habana: La Casa Simón Bolívar.

 

 

Una vez allí, la veintena de asistentes disfrutaron de las intervenciones de Vivian Josefina Alvarado Linares y Álvaro Verde Tribons quienes refrendaron la herencia del Libertador de América para los pueblos del continente, en un contexto siempre lleno de retos para la libertad, las ideas independentistas, la integridad económica y política, la identidad de los pueblos.

“Ciento ochenta y ocho años nos separan de aquella fatídica tarde de 1830, cuando Simón Bolívar, el hombre tantas veces vitoreado en ciudades y pueblos, expiraba en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en las inmediaciones de Santa Marta, Colombia. Había arribado a la ciudad días antes, con la esperanza de verse recuperado de sus dolencias físicas para emprender entonces un largo viaje hacia Europa, donde pretendía pasar los últimos días de su existencia. Pero la muerte, inexorable y desazonada, hizo coincidir el desplome de la República colombiana con el paso a la inmortalidad de su forjador”, dijo Álvaro Verde Tribons.

En las jornadas finales a la decadencia de su organismo, se le sumaba una carga apocalíptica insostenible: “la ingratitud de sus conciudadanos. De aquellos mismos que un día habían levantado junto al estandarte de la libertad para los territorios que sufrían la vejatoria dominación española”.

 

 

“Bolívar había cumplido su sueño libertario, y mientras vivió, hubo un hombre con autoridad para hablar en nombre del continente”, dijo Alvarado recordando la frase de uno de sus biógrafos más ilustres, Indalecio Liévano Aguirre. “Sin embargo, su pasión americanista quedó incompleta, más bien quedó pendiente”.

“Aunque la dirección del viento no nos sea favorable en los tiempos actuales, sigamos contracorriente en pos de un ideal de unidad, manteniéndola, conquistándola, y anclándola desde hoy en el mañana. Y el Libertador resucitado irá a nuestro lado con profundo frenesí,” concluyó Verde Tribons.

La Encargada de Negocios de la República Bolivariana de Venezuela en la República de Cuba, Vivian Josefina Alvarado Linares, aprovechó su intervención para hacer mención de un hombre a quien calificó de auténticamente bolivariano y humanista: Alí Rodríguez Araque, embajador de Venezuela en Cuba, fallecido a los 81 años de edad en La Habana, el pasado 19 de noviembre.

“Un bolivariano de profunda convicción de toda esa idea de integración latinoamericana. Que no solamente estudió a Bolívar para ampliar su intelecto, sino para continuar con su ejemplo (…) Hombre que además de todas las funciones que le tocó cumplir como representante de nuestro gobierno revolucionario, fue también una persona profundamente humanista. (…) Estaba absolutamente convencido que la integración latinoamericana era el camino de los latinoamericanos”, dijo Alvarado recordando al insigne abogado, político y diplomático venezolano.

“La mejor manera de recordar a hombres como Bolívar, como Chávez, como Fidel, y como Alí Rodríguez, es creer, todos los días, bajo cualquier situación, que la integración es el camino, que la unión es el camino, pero que la revolución también es el camino”, sentenció.

 

 

En la institución dedicada al estudio y a la difusión del pensamiento, la vida y obra de Simón Bolivar, así como la promoción de la cultura latinoamericana, se dieron cita también agregados militares del país bolivariano, representantes de relaciones internacionales del Comité Central del PCC, cuerpo diplomático acreditado en Cuba procedentes de países latinoamericanos como Bolivia, Ecuador y Colombia, y de todo el mundo. Organismos cubanos y venezolanos representados en nuestro país y movimientos de solidaridad.

El pensamiento del Libertador de América Latina los unió nuevamente en la capital cubana a 188 años de su muerte. En esta también su casa, su país. Nos une a él su pensamiento; la máxima que es hoy deuda vigente del continente: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino”.