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Peligro: Trump vuelve a la ONU

24 de septiembre de 2018

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Su visita a la ONU es solo un “cumplido”. No creo que alguien a quien poco o nada le importen los temas fundamentales que se llevan a debate ante Naciones Unidas, como el desarme nuclear, el cambio climático, la lucha contra el hambre y la pobreza que mata cada año a millones de niños, y los asuntos cotidianos de las guerras, pueda aparecer y ser convincente ante un auditorio que quiere oír de paz, de desarrollo, de convivencia entre los pueblos.

Ese es el caso del presidente Donald Trump, que, en su carácter de anfitrión de la entidad mundial, lo mismo arremete contra una dependencia de la propia ONU, como es el caso de la Corte Penal Internacional a la que ahora ha vilipendiado, quitado recursos, y bloqueado a sus funcionarios, que contra todo intento de un mundo multipolar e inclusivo.

Es la segunda vez que acude al recinto y lo hace ahora con la ideología nacionalista más afilada que nunca, y con el reto de defender una serie de políticas unilaterales que han irritado a numerosos aliados de EE.UU. en su primer año y medio en el poder, señala un despacho noticioso de la agencia española EFE.

Este martes hablará ante la Asamblea General y el miércoles hará su debut como presidente de una sesión del Consejo de Seguridad, y va con los dientes afilados para arremeter contra Irán, fundamentalmente.

Según ha dicho la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, Trump hará sentir con fuerza la importancia de “proteger la soberanía de Estados Unidos”.

A saber, qué quiere decir eso de soberanía y si es que existe alguna amenaza para la misma. Es, en mi opinión, más o menos igual que cuando habla de la “seguridad nacional”, para justificar las guerras que lleva adelante a decenas de miles de kilómetros del territorio norteamericano.

Los jefes de Estado y funcionarios que asisten a esta Asamblea de la ONU, seguro recordarán que el año pasado, ante ese mismo auditorio el magnate presidente repitió su frase de moda “Estados Unidos primero”.

El citado despacho noticioso de la agencia EFE explica el escenario en que habló Trump en 2017 y el que lo escuchará este martes.

Dice la agencia española: Por entonces —se refiere al año pasado—, sin embargo, los defensores del multilateralismo aún tenían algo de influencia en el entorno de Trump, y los aliados tradicionales de EE.UU. tejían lazos con el nuevo Gobierno con la esperanza de que las promesas más chocantes del mandatario se diluyeran con el paso del tiempo y gracias al peso de la burocracia.

Y continúa: Pero desde que Trump dio ese discurso, EE.UU. se ha retirado del pacto nuclear con Irán y de dos destacados foros de la ONU: el Consejo de Derechos Humanos y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Luego refiere que “Trump, que a comienzos de su mandato también salió del acuerdo de París sobre el cambio climático y congeló la apertura a Cuba, se ha desatado en los últimos meses al reconocer a Jerusalén como capital de Israel, iniciar una guerra comercial con China y avivar las tensiones con los países miembros del G7 y de la OTAN”.

E insiste la propia agencia: “Con la retórica proteccionista inflamada por la cercanía de las elecciones legislativas de noviembre, en las que se juega el control del Congreso, Trump llega además a Nueva York envalentonado por un nuevo equipo de política exterior que no parece preocupado por contener sus instintos más extremos”.

Sin dudas esas son las cartas en el juego retórico del magnate de la Casa Blanca. Poco o nada nuevo hay en los temas que abordará. Pero pienso que será una oportunidad más para que los presentes en la ONU y la comunidad internacional en su conjunto, comprobemos una vez más quién es Trump y hacia dónde se ha propuesto llevar al mundo.

Ponerle freno a su desbocada ansiedad de protagonismo para hacer guerras y abolir todo intento de paz, corresponde a todos y es hora de que se haga. Luego podría ser tarde.

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