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Crece el hambre en el mundo

12 de septiembre de 2018

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La tendencia ha sido al alza y lo demuestra el hecho que seis millones de personas entraron a formar parte de quienes pasan hambre cada día y se acuestan sin saber si podrán obtener qué comer al despertar, según datos recién informados por Naciones Unidas en Roma.

En total se calcula en 821 millones de personas que luchan desesperadamente por llevar a la boca algo que le permita sobrevivir y sin esperanzas de una vida mejor. Debo recordar que el informe habla de hambrientos, es decir, lo que prácticamente no comen alimento alguno.

El hecho aleja la perspectiva de lograr lo que Naciones Unidas se había planteado como objetivo para el año 2030, es decir, alcanzar que estas estremecedoras cifras llegaran a cero.

Así se refleja en el informe “’El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo’, elaborado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), dado a conocer en Roma en la segunda semana de octubre.

Los expertos señalan que este aumento está relacionado con el aumento de los conflictos, la violencia y el cambio climático por lo que defender la paz, la seguridad alimentaria y la nutrición deben  ser claves para poder combatir eficazmente el hambre en el mundo.

En el referido documento se precisa que Asia es el continente con más hambrientos, con 515 millones, lo que supone el 11,4 por ciento de su población, aunque en términos de porcentaje el continente más golpeado por ese flagelo es África, con casi el 21 por ciento de sus habitantes, con un total 256 millones.

Y es que se trata de hambrientos, que primero fueron desnutridos, calculándose que hay 151 millones de niños menores de 5 años en todo el planeta que presentan retraso en su crecimiento y una buena parte con un peso por debajo de su talla, es decir, con un mayor riesgo de muerte.

La inseguridad alimentaria además de desnutrición también provoca sobrepeso y obesidad, lo que explica la coexistencia de estas dos formas de malnutrición en algunos países. De acuerdo con el informe de las agencias de la ONU, en el mundo había en 2017 unos 38 millones de niños menores de 5 años con sobrepeso, representando África y Asia el 25 por ciento y el 46 por ciento del total, respectivamente.

Paradójicamente, la obesidad entre los adultos se agrava cada año ya que actualmente afecta a más de uno de cada ocho habitantes, lo que se traduce en 672 millones de obesos a nivel mundial, problema que resulta significativo en América del Norte.

Pero a esto se le une lo que se reconoce por los especialistas como el hambre encubierta, es decir malnutridos, con carencia de vitaminas y minerales, estimándose que mil 500 millones de personas adolecen de una o más carencia de esos micronutrientes.

Guerras, retraso económico, desastres naturales se han duplicado desde la década de los 90 del siglo pasado, lo que unidos al crecimiento de la desigualdad entre ricos y pobres hacen del planeta una casa muy segura y cómoda para los menos y un verdadero infierno para la mayoría de sus habitantes.

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