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Nace, en Tunas de Bayamo, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo

29 de marzo de 2013

Nace, en Tunas de Bayamo, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, en el seno de una familia propietaria de tierras y de un ingenio. Recibe las primeras enseñanzas de su abuelo materno, José Rafael Fajardo García – hacendado, cura y conspirador contra la metrópoli – quien trasmite al nieto conocimientos de retórica, poética, latín y francés.
El joven Juan Cristóbal comienza tempranamente a escribir poesías, y lee con interés las obras de Teócrito, Horacio y Virgilio.
El amor a la tierra y a los campesinos, las monterías, rodeos, peleas de gallos y guateques, son temas habituales en su obra de gran simbolismo patriótico, siboneísta y criollista.
En mil 845 aparecen publicadas sus primeras décimas en el periódico “” El Fanal “”, de Puerto Príncipe; y tres años más tarde escribe versos y proclamas en apoyo a los planes conspirativos del 48. Sufre prisión en mil 851, acusado de vínculos con la conspiración de Joaquín de Agüero.
Una recopilación de las décimas del Cucalambé, titulada “”Rumores del Hórmigo”” , es publicada en mil 856 con el fin de recaudar fondos para la causa independentista. Sobre esta obra, Enrique José Varona escribe que se trata de un nuevo Teócrito, verdaderamente campesino, que canta como siente la naturaleza “”… y la copia en cuadros de pasmosa y estética verdad, y la trasmite, palpitante, al corazón y a los ojos “”.
Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, “” El Cucalambé “”, fue labrador en su estancia de “” El Cornito “” y fungió como periodista, editor, dramaturgo y pagador de obras públicas.
El Cucalambé establece vínculos con patriotas de Puerto Príncipe e intelectuales de Santiago de Cuba, cuyas ideas coinciden con los afanes independentistas de la época.
Numerosas leyendas se han tejido en torno a la desaparición de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, ocurrida a finales de mil 861. Algunos historiadores afirman que el poeta fue asesinado por agentes al servicio de las autoridades coloniales aunque, en realidad, no existe confirmación de ello.
Lo cierto es que las décimas de “”El Cucalambé “”, cantadas por los mambises en los campamentos de la manigua, causan hoy admiración y reconocimiento en los estudiosos y amantes de la poesía cubana.