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Negando lo innegable

20 de agosto de 2018

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El ascenso del neonazismo en Polonia es algo que no se puede negar, porque, a pesar de que está condenado por ley, las autoridades dejan hacer y protegen las manifestaciones de hasta más de 60 000 simpatizantes de las ideas de quienes destruyeron la nación y asesinaron a seis millones de sus hijos durante la Segunda Guerra Mundial.
Mientras estrecha sus relaciones con Estados Unidos e intensifica su política antirrusa, el gobierno del partido Ley y Justicia (PiS) ha prosigue la persecución de las organizaciones de izquierda y socialistas en Polonia, aunque hasta ahora la ley no establece la ilegalidad ni del socialismo ni el comunismo.
Después de la represión al Partido Comunista de Polonia, legalmente registrado, cuyos miembros fueron juzgados por la popularización del comunismo, la persecución llegó a los editores del sitio web comunista “Władza Rad” (“El poder soviético”, www.1917.net.pl) y, varios días después, la policía allanó una conferencia marxista organizada por científicos de la Universidad de Szczecin en el noroeste de Polonia.
La promoción del comunismo es, de acuerdo con la ley polaca, subrayo, legal. Ignorando este hecho, la fiscalía acusó al editor de Władza Rad por un delito que no existe. El código penal polaco prohíbe la propaganda fascista y “totalitaria”. Sin embargo, no prohíbe el comunismo, lo cual fue confirmado por un fallo del Tribunal Constitucional en el 2011.
Mientras todo esto sucede, el ministro de Asuntos Internos, Brudzinski, negó la existencia de la amenaza neofascista en Polonia y trató de usar una maniobra para desviar la atención —una supuesta amenaza “neocomunista” contra la democracia.
El Komunistyczna Partia Polski (KPP, Partido Comunista de Polonia), legalmente registrado, se enfrentó a duras represiones. Los activistas del KPP han sido sentenciados en el modo prescriptivo, pero apelaron, y sus juicios continúan hoy.
Incluso el partido socialdemócrata y agresivamente anticomunista Razem (“Juntos”, que se presenta como una versión polaca del Podemos español) se enfrentó a represiones, en tanto algunos miembros de las organizaciones juveniles progubernamentales exigieron que fuera prohibido por “la promoción del comunismo”.
Mientras que incluso los políticos europeos de centroderecha como Jean Claude Juncker reconocen el lugar de Karl Marx en la historia, la televisión estatal polaca emitió un programa sobre las “ideas asesinas de Karl Marx” (usando citas falsas del fundador del socialismo científico), el gobierno polaco castiga cualquier actividad de oposición de izquierda, pero permite y hace que la policía proteja a las manifestaciones neofascistas de la ONR (“Campamento Nacional Radical”), una entidad de extrema derecha que tomó su nombre de una organización antisemita y fascista de la década de 1930..
La deriva del Estado hacia el autoritarismo ahora implica incluso la violación de la autonomía universitaria, como cuando la policía ingresó en una conferencia científica que recordaba el 200 aniversario del nacimiento de Marx.
Realmente, es una violación de los derechos humanos y habla muy mal de un gobierno que debía defender a una nación con tan rica vida cultural y política, que siempre se ha opuesto y resistido al vasallaje de todo tipo.

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