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Oportunidad para Vizcarra

25 de julio de 2018

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Aunque exento de una hoja de servicio aduladora al poder neoliberal, como el personaje a quien tuvo que suceder por estar envuelto en un escándalo de corrupción, el presidente de facto de Perú, Martín Vizcarra, tiene en estos momentos la oportunidad de librarse del “sanbenito” de débil que le han endilgado, y todo gracias al más reciente capítulo de la corruptela vigente, que ha hecho renunciar a presidentes de Cortes, jueces y otros leguleyos.
La revelación por la prensa de cintas que revelan todo tipo de compra y venta de influencias, privilegios e injusticias en los que han participado los más importantes representantes del Poder Judicial, han hecho salir a miles de personas a las calles para pedir que se vayan todos los corruptos, en una acción que Vizcarra ha sabido al parecer manejar, al prometer que todos serán castigados y que la limpieza será total también en los poderes legislativo y ejecutivo,al tiempo que pedía una investigación exhaustiva sobre su persona para librarla de la sospecha de estar implicado en caso alguno al respecto.
Así, tendrá la oportunidad de fortalecer su mandato, en un momento en que la aceptación de su gobierno cayó del 57% al 37% en solo dos meses.
Analistas indican que puede aprovechar esta situación para disolver el Congreso y convocar a comicios, con el fin de controlar el legislativo y no repetir el mal trabajo del gobierno del anterior presidente, Pedro Pablo Kuczinski, que estuvo marcado por el fracaso de reformas políticas y económicas estructurales, debido a la falta de institucionalidad y la inestabilidad política.
Esto último es también palpable en la distribución de fuerzas del Congreso actual. El partido Fuerza Popular (FP) -que formalmente pertenece a la oposición fujimorista- cuenta con 62 de 130 escaños y goza de una amplia mayoría. El gobierno de Vizcarra es de hechodependiente de la colaboración con FP para llevar adelante su agenda.
Los avatares de la actual crisis judicial no ocultan las revelaciones del escándalo de corrupción de la empresa constructora Odebrecht, que cuelgan sobre toda la clase política peruana como una espada de Damocles.
La Fiscalía de la Nación anunció el inicio de investigaciones a los expresidentes Alejandro Toledo, Alan García y Pedro Pablo Kuczinski por sospecha de lavado de activos en relación a donaciones de Odebrecht para sus campañas electorales. Por las mismas razones hay ya un proceso penal en marcha en contra del ex presidente Ollanta Humala, quien fue puesto en libertad recientemente. y es posible que no tenga nada que ver con el asunto, siendo víctima de un montaje neoliberal para desprestigiar a figuras que le son molestas, como está sucediendo en otros países suramericanos.
Hay elecciones regionales previstas para el 7 de octubre venidero, y es aún incierto como se manifestará el descontento popular ante tantacorrupción no castigada y la gran desigualdad vigente.
Esto última choca con la realidad de que Perú sigue creciendo económicamente y las condiciones actuales son propicias para que ello prosiga.
Y aunque no se le puede pedir peras al olmo, es extremadamente importante que el gobierno y las fuerzas políticas actúen con tacto, busquen consensos y eviten por todos los medios regresar a una situación de conflicto generalizado, ya que esto pondría en riesgo la implementación de las reformas políticas y económicas que el país necesita con urgencia para garantizar, sí, la estabilidad, pero que sea consecuente y ayude a aliviar los graves problemas sociales que atraviesa una nación con tan ricos recursos.

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