Rachel

6 de junio de 2018

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Leonardo Depestre Catony

 

 

El de Rachel es un nombre que aparece con destellos de gran publicidad en el panorama social de La Habana y en especial en el escenario teatral, lo cual suele originar confusiones.

La primera Rachel que aquí recordaremos fue la actriz francesa nombrada Elizabeth Rachel Félix, llegada a Cuba para trabajar en la temporada teatral de 1856. Arribó con su compañía el 22 de diciembre del año anterior y desde ese instante se comenzó a especular sobre los precios que alcanzarían las entradas para presenciar a la diva.

El debut sería, según lo previsto, en el teatro Tacón de las esquinas de Prado y San Rafael, el 26 de diciembre y las actuaciones debían prolongarse hasta el 28 de enero del nuevo año, con un repertorio en el cual se incluían obras de Racine, Corneille, Hugo, Dumas, Schiller y otras celebridades de las letras.

Lo que entonces se ignoraba era que Rachel estaba enferma y no pudo dar ni siquiera una de las funciones programadas. El 9 de enero la prensa informaba acerca de la realidad, frustrándose así los deseos del auditorio habanero, y lo más importante, se hizo evidente la mala salud de la actriz, que murió en pocos años.

Unos 70 años después, en marzo de 1925, arribó Louise Julia Irma Rachel de Keirsgieter, más conocida en el ambiente artístico como Rachel Keigester. Trabajó en el cabaret Tokío de la calle San Lázaro, en La Habana, y después integró el grupo Las Follies, francesitas todas que alborotaban los escenarios con sus bailes, cantos y reducido vestuario.

Rachel, que era joven y bonita, casó con un cubano adinerado de quien luego se divorció para proseguir su carrera, en la cual menudeaban los amores.

En el amanecer del 5 de diciembre de 1931 apareció el cadáver de la muchacha en su domicilio de la calle San Miguel. Aunque los primeros indicios apuntaban hacia un suicidio, las investigaciones demostraron que se trataba de un asesinato.

Pero nunca se supo a ciencia cierta quién la mató… o tal vez se prefirió dejar el asunto en la penumbra de la duda, pues en el inventario de amantes de la francesita aparecieron varios nombres que eran los de figuras importantes de la época, lo cual hacia prever un escándalo.

Este fue el suceso que dio pie para la filmación de una cinta titulada El extraño caso de Rachel y de una canción que mantiene en el recuerdo aquel hecho de sangre y crónica roja. del cual mucho se habló en la prensa.

Y ahora, la tercera Rachel. Por la misma fecha, segundo decenio del siglo XX, hubo una actriz llamada Amalia Sorg. Era nacida en Nueva York, de padres europeos, que la trajeron a Cuba en su niñez. Amalia Sorg, también Rachel, al igual que la anterior, dio tema para un libro y para una película de éxito, La bella del Alhambra.