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Cómo conservar medicamentos refrigerados en el hogar

25 de abril de 2018

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Dentro del apartado de las condiciones de almacenamiento de los medicamentos existe una clase especial de productos que por ser particularmente sensibles al efecto de la temperatura necesitan conservarse en refrigeración.

Por definición, los medicamentos que se conservan refrigerados deben permanecer dentro de un rango de temperatura entre 2° y 8° Celsius. En el ambiente doméstico, el sitio más adecuado para almacenar este tipo de productos es el refrigerador. Sin embargo, en su ubicación dentro de este equipo frigorífico deben tenerse en cuenta algunas recomendaciones importantes que no siempre resultan claras ni son conocidas por la mayoría de las personas.

Dentro del grupo de los medicamentos termosensibles se encuentran productos en su mayoría de naturaleza protéica. Entre ellos se incluyen como ejemplos más representativos las hormonas, los derivados de la sangre y las vacunas. Como bien indica su nombre, estos productos tienen una susceptibilidad especial al efecto de la temperatura, pudiendo provocar su deterioro variaciones de temperatura tanto por encima como por debajo del rango de conservación establecido. Por esta razón se necesita mantener una estricta cadena de frío desde la etapa de fabricación hasta la de administración al paciente.

Es así que, en numerosas ocasiones, el refrigerador doméstico termina siendo el último eslabón de la cadena de frío de muchos medicamentos termosensibles que se administran en el propio hogar. De ahí la importancia de conocer y aplicar algunas pautas primordiales para su correcta conservación.

Los productos termolábiles pueden resultar afectados por temperaturas superiores e inferiores al rango de 2° a 8° Celsius en que deben almacenarse. Por ello es recomendable fijar el termostáto del equipo frigorífico en 5° Celsius. En el caso de refrigeradores de largo tiempo de explotación con fallas del enfriamiento puede ser necesario realizar el ajuste en valores inferiores.

Como ya se ha dicho, los medicamentos que requieren refrigeración no deben ser expuestos a fluctuaciones de temperatura. Es por esta causa que nunca deben ser ubicados en las puertas, ya que estas son las partes del equipo frigorífico más expuestas a los cambios térmicos.

Otra zona en la que no deben ubicarse los productos es el congelador, puesto que en él las temperaturas son inferiores a 0° Celsius y quedarán expuestos a la congelación. Tampoco deben colocarse próximos a la pared posterior del refrigerador, ya que la escarcha que puede existir en esta parte puede congelarlos al entrar en contacto con ellos.

Igualmente se evitará ubicar los medicamentos en las zonas más bajas del refrigerador donde la salida del aire frío es mayor durante la apertura de las puertas.

Lo más adecuado al almacenar medicamentos termosensibles en nuestra casa es ubicarlos en las zonas centrales del refrigerador. Es aconsejable colocarlos dentro de un depósito perforado que los proteja del contacto directo con los restantes productos que se guardan, al tiempo que permita la correcta circulación del aire frío por el interior del depósito.

Como sucede con cualquier otro botiquín hogareño, es importante revisar periodicamente los medicamentos que conservamos en el refrigerador. Rutinariamente es necesario inspeccionarlos cuidadosamente, prestando atención a cualquier señal de deterioro que puedan tener. No se debe olvidar verificar la fecha de vencimiento, para identificar los que se encuentren próximos a expirar y desechar aquellos que ya han vencido.

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