Tributo a Senel Paz en el Havana Film Festival de Nueva York

12 de abril de 2018

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Luciano Castillo

 

 

La décimo novena edición del Havana Film Festival que se desarrolla desde el jueves 12 al 17 de abril en Nueva York, entre sus múltiples actividades, ha programado en colaboración con Columbia University un homenaje al guionista cubano Senel Paz. Coincide en la programación del certamen con la recordación del 90 aniversario del natalicio de Tomás Gutiérrez Alea, a quien aportara el punto de partida para su aclamada película Fresa y chocolate (1993), codirigida con Juan Carlos Tabío. Incluye la exhibición de dos de sus clásicos restaurados: Una pelea cubana contra los demonios (1971) y Los sobrevivientes (1978), así como el largometraje documental Titón: de La Habana a Guantanamera (2008), que le dedicara su viuda, la actriz Mirtha Ibarra, quien estará presente en el Festival junto al actor Jorge Perugorría.

 

 

Arsenio Senel Paz Martínez, nacido en Fomento, antigua provincia de Las Villas, el 30 de agosto de 1950, se graduó de Periodismo en la Universidad de La Habana. Había publicado el libro de relatos El niño aquel laureado con el Premio David en 1980 y su novela Un rey en el jardín, galardonada con el Premio de la Crítica en 1983 cuando el cineasta Orlando Rojas lo llama para colaborar con él en el guion de su primer largometraje: Una novia para David (1985), que recrea personajes y situaciones de varios cuentos autobiográficos del escritor.

El argumento se ubica en octubre de 1967. David, un joven provinciano becado en la capital, está rodado por compañeros que practican la conquista femenina como un deporte competitivo. Él seduce a la bella del curso y provoca los celos y las intrigas del resto, pero también se gana la amistad de la responsable política del grupo, conocida por su seriedad y sus libras de más. Entre los prejuicios de unos y la sinceridad de otros, David alcanzará a completar su educación sentimental. Entre numerosos reconocimientos, Una novia para David, debut de Senel Paz en el cine cubano, recibió el premio al mejor guion en el concurso Caracol de la UNEAC.

A continuación, se enfrasca en la escritura de dos guiones con destino a sendos cortometrajes realizados por su esposa, la cineasta Rebeca Chávez. La fidelidad (1991) abarca episodios y personajes de la novela Un rey en el jardín, en los que una familia malgasta su vida. Su agitado ritmo le impide cultivar las emociones de sus miembros. Mientras, la abuela revive un gran amor. En El triángulo (1992), una familia se prepara para recibir un nuevo miembro en el hogar. Un auto de poca monta va a transformar las personalidades y relaciones familiares en la noche habanera. Esto determina toda una serie de situaciones que no tienen relación directa una con la otra pero que muestran la atmósfera nocturna en esta capital.

Entusiasmado con las posibilidades del nuevo medio, Senel Paz escribe para Gerardo Chijona el guion de su primer largometraje: Adorables mentiras (1991). En el argumento, un joven guionista y director de cine, se deslumbra al conocer a Sissy, quien toda la vida ha soñado con ser «descubierta» para el cine. Inician una relación amorosa en la que ambos se presentan no como son sino como quisieran ser. El guion recibió el premio Coral en el décimo tercer Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y el Caracol otorgado en certamen de la UNEAC.

Ese año 1991 fue decisivo en la carrera de Senel Paz pues alternó los guiones con la escritura del cuento «El lobo, el bosque y el hombre nuevo», convertido en un suceso no solo por abordar un tema entonces casi tabú y alzarse con el premio Juan Rulfo en el concurso convocado por Radio Francia Internacional y el de la crítica nacional, sino que de inmediato, al leerlo sin siquiera estar publicado, el cineasta Tomás Gutiérrez Alea intuyó en él las perspectivas para una película, que sería Fresa y chocolate. A ella se integrarían personajes de otros relatos de Senel, entre estos, «No le digas que la quieres» y «Alicia Alonso baila en mi cabeza» del cual procede el personaje de la novia, mientras que el de Nancy, la vecina de Diego, el homosexual, se insertó a partir de la vitalidad otorgada por la actriz Mirtha Ibarra a su caracterización en Adorables mentiras para el que fue creado originalmente. Con el título inicial de Enemigo rumor, obtuvo el premio de guión inédito en el Festival de La Habana.

 

 

La resonancia internacional obtenida por Fresa y chocolate llamó la atención sobre el guionista y le fue encomendado por una firma española escribir el de Maité (1994), coproducción con el ICAIC dirigida por los cineastas vascos Enero Olasagasti y Carlos Zabala. En clave de comedia, esta cinta narra los intentos desesperados de dos empresarios vascos por salvar el patrimonio familiar de una ruina inminente. La solución está en un negocio rápido para el que uno de ellos tendrá que desplazarse hacia La Habana. Allí conocerá a una atractiva mulata y, sobre todo, a su pequeña niña, Maité, que suscitará en él una conmoción superior a la que la crisis económica provocó en los cimientos de su patrimonio familiar.

Siguen en la filmografía de Senel Paz otros dos guiones de producciones españolas, Malena es un nombre de tango (1996), realizada por Gerardo Herrero en 1996 sobre una novela de Almudena Grandes y Cosas que dejé en La Habana (1997), dirigida en 1997 por Manuel Gutiérrez Aragón, con las interpretaciones de Daisy Granados, Violeta Rodríguez, Isabel Santos, Broselianda Hernández, Jorge Perugorría y Luis Alberto García. Aunque no se trata de una coproducción con el ICAIC, su argumento gira en torno a personajes cubanos. Tres jóvenes y atractivas hermanas cubanas llegan a Madrid para instalarse en casa de su tía, residente ya muchos años en España, con la intención de mejorar sus condiciones de vida. Su tía las recibe cariñosamente, aunque, como carecen de permiso de trabajo, aprovechará la ocasión para explotarlas en su pequeño taller de peletería.

Senel Paz colabora en la dramaturgia de dos guiones. Uno es el de Un paraíso bajo las estrellas (2000), el segundo largometraje de Gerardo Chijona, sobre las aventuras, venturas y desventuras de una joven que quiere ser bailarina del cabaret Tropicana. El otro filme es Lista de espera (2000), dirigido por Juan Carlos Tabío sobre el relato homónimo escrito por Arturo Arango, en el cual la trama se desarrolla íntegramente en una terminal de ómnibus interprovincial donde los pasajeros que esperan la reparación de una guagua tratan de buscar soluciones a los problemas que surgen. Más vampiros en La Habana, secuela emprendida en el año 2003 por Juan Padrón sobre su célebre filme en torno a los populares personajes de los vampiros criollos, rodado dieciocho años antes, contó con Senel como asesor en la dramaturgia del guión concebido por el propio Padroncito.

 

 

Una rosa de Francia (2005), dirigida en locaciones cubanas por el prestigioso Manuel Gutiérrez Aragón, señaló una nueva colaboración como Senel Paz como coguionista de este filme interpretado por Jorge Perugorría, Broselianda Hernández, Ana Celia de Armas, Yoraisy Gómez y el joven español Álex González, entre muchos otros. En la trama, Simón, un hombre tan seductor como criminal, transporta en su viejo barco emigrantes clandestinos camino de Nueva York, pero los abandona en un cayo a su suerte. Una patrullera norteamericana descubre al barco e inicia una persecución sin que le importe violar las aguas cubanas. Un joven marinero del barco que salva la vida de Simón, es herido y pronto se convertirá en un rival por el amor de una adolescente.

Galardonado con la Distinción Por la Cultura Nacional y el Diploma al Mérito Artístico otorgado por el Instituto Superior de Arte, el nombre del guionista espirituano Senel Paz es imprescindible en la historia del cine cubano.