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Nace el extraordinario compositor y pianista de origen ruso, Serguei Rajmaninov.

29 de marzo de 2013

Compositor, pianista y director de orquesta, Sergio Rajmaninov fue uno de los últimos grandes compositores románticos europeos, y aún los críticos actuales lo consideran como uno de los pianistas más influyentes del siglo XX.
Rajmaninov recibió sus primeras enseñanzas musicales de su propia madre; a los nueve años de edad ingresó en el Conservatorio de San Petersburgo, gracias a la ayuda económica de su abuela materna pero, tras suspender por completo el curso de 1885, fue expulsado de la institución. No obstante, gracias a la intervención de su primo Alexander Ziloti, quien era un famoso compositor de la época, Rajmaninov fue admitido en el Conservatorio de Moscú en la clase del profesor Nicolai Zvérev y en 1892 culminó sus estudios en el alto centro de la capital moscovita.
Por ese entonces, el joven Rajmaninov se había instalado en la casa de su profesor, quien lo sometió a duras jornadas de estudio. Allí conoció a Chaikovsky, quien era amigo personal de Zvérev e influyó notablemente en la vida y obra del talentoso estudiante. En 1886, con sólo trece años de edad, Rajmaninov realizó una genial transcripción de la Sinfonía Manfredo, para piano a cuatro manos, que impresionó muchísimo a Chaikovsky, y puede decirse que con ese hecho, Rajmaninov comenzaba a demostrar su excepcional talento para la composición, aunque su profesor, Zvérev, estaba más interesado en desarrollar al máximo las excelentes virtudes pianísticas de su joven pupilo.
En 1889, con dieciséis años de edad, Rajmaninov se marchó de casa de Zvérev para irse a vivir definitivamente con su tía Varvara. A lo largo de los dos años siguientes, o sea, en 1891, Rajmaninov se dedicó a componer pequeñas piezas y también a dar sus primeros pasos en la dirección orquestal. En ese mismo año, compuso su Primer Concierto para piano y orquesta, dedicado a Ziloti, y la ópera Aleko, la cual le sirvió para graduarse en el Conservatorio de Moscú con menciones honoríficas. De modo que, en 1892, Rajmaninov estaba listo para iniciar su carrera como compositor, por lo cual abandonó el Conservatorio en el verano de ese mismo año. De esa época son también sus primeros preludios y elegías para piano, así como el poema sinfónico La roca.
Durante los primeros meses de 1895, el compositor estuvo trabajando en su Primera Sinfonía, obra en la que volcó grandes ilusiones y esperanzas. Pero su estreno en 1897, bajo la dirección de Alexander Grázunov, fue un rotundo fracaso expresado, sobre todo, en la dureza de la crítica especializada, lo cual afectó seriamente al joven Rajmaninov y le hundió en una profunda depresión. En la superación de esa crisis fue decisiva la intervención del Dr. Nicolai Dahl, un exitoso neurólogo que empleaba la hipnosis en sus pacientes con excelentes resultados, y quien atendió al músico durante todo el año 1900. Así, el propio Rajmaninov recuperó la confianza en sus aptitudes creativas y, tras un viaje a Italia, comenzó a escribir la que sería, casi de inmediato, su obra más conocida: el Segundo Concierto en do menor, para piano y orquesta, el cual fue estrenado el 27 de octubre de 1901con un inmenso éxito de crítica y de público.
A partir de 1909, Rajmaninov inició su primera gira estadounidense ofreciendo, como él mismo señalara, “casi un concierto diario durante tres meses enteros”, y en uno de ellos, exactamente el 28 de noviembre de ese mismo año, estrenó su Tercer Concierto para piano y orquesta.
En 1939, Rajmaninov se radica definitivamente en los Estados Unidos para dedicarse, fundamentalmente, a su carrera como pianista de primer nivel mundial. En 1940 escribió la que sería su última obra catalogada, es decir, las Danzas sinfónicas Op. 45, consideradas como una de las obras maestras de la música del siglo XX. En la temporada de 1942-43, Rajmaninov realizó su última gira de conciertos y compró una casa en Beverly Hills que sería su última residencia, pues allí murió el 28 de marzo de 1943, a los 70 años de una vida que se había iniciado en Oneg (Novgórod), en 1873, UN DIA COMO HOY.