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La rabia, una asesina implacable

14 de diciembre de 2017

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Joven trabajador del Departamento de Higiene y Epidemiología, confecciona el Certificado de Vacunación durante una campaña de vacunación antirrábica en el municipio Habana Vieja. Foto: Fernando Gispert Muñoz

Joven trabajador del Departamento de Higiene y Epidemiología, confecciona el Certificado de Vacunación durante una campaña de vacunación antirrábica en el municipio Habana Vieja. Foto: Fernando Gispert Muñoz

 

El famoso Libro de Record Guinness tiene una sección dedicada a las enfermedades más mortales del mundo: SIDA, Ebola (Marburg) y Rabia. De todas la peor es la Rabia con un 99.9% de mortalidad, pues los pocos casos reportados como salvados no han podido ser comprobados como afectados por este mal…

Los mamíferos transmisores generalmente son perros, gatos, murciélagos, mangostas, zorros, hurones, mapaches y lobos.

Un animal afectado presenta dolor en el sitio de la mordida, fiebre, inapetencia y vómito. Días después la enfermedad empeora con la emisión de sonidos guturales bajos (parálisis faríngea) búsqueda de lugares oscuros(fotofobia) ptialismo(babeo) miedo al agua, vagabundeo, dilatación pupilar y ataque a todo objeto o animal cercano. Pasadas unas 48 a 72 horas comienza una parálisis fláccida, coma y muerte. En el humano la evolución es similar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que anualmente mueren por Rabia entre 51600 y 105000 personas en el mundo, sobre todo en Asia, África y Latinoamérica. Sin embargo, la rabia humana se presenta también en zonas silvestres de Norteamérica y Europa.

En Cuba esta enfermedad está controlada con eficacia por la voluntad estatal de vacunar contra la Rabia, anual y gratuitamente al 100% de los mamíferos domésticos. Esta tarea es responsabilidad del Departamento de Higiene y Epidemiologia (DHE) perteneciente al Ministerio Salud Pública y ha colocado a nuestro país a la vanguardia en la lucha contra esta temida enfermedad, presentándose casos aislados en mamíferos silvestres y muy raramente casos de rabia humana.

La clínica veterinaria “Laika” tiene firmado convenios de colaboración con DHE para efectuar la vacunación gratuita contra la enfermedad.

Para evitar la incertidumbre de adquirir la enfermedad, hay que impedir ser mordido por un animal. Un perro o gato sano puede morder defendiendo su espacio, sus crías o su comida. También lo hace un animal aquejado por alguna enfermedad diferente de la rabia. Evitar acariciar un animal desconocido es importante y los niños a menudo son los más afectados, debido a su ingenuidad.

Pero, ¿qué hacer ante una mordida? Ante todo, lavarse la herida con abundante agua y jabón, el virus es muy sensible a ello. Elimina muchas sospechas asegurarse, revisando la certificación veterinaria, de que el animal esté vacunado en fecha reciente. Si el animal es callejero debe ser capturado rápidamente por las autoridades sanitarias para monitorearlo. Acudir al doctor lo antes posible es importante, no solo para curar la lesión, sino para activar los mecanismos constituidos estatalmente para la vigilancia epidemiológica de casos de sospecha de Rabia. El animal atacante debe ser monitoreado durante 10 días por las autoridades veterinarias y de Salud Pública, con el objetivo de descartar la enfermedad. La rabia activa dura de 4 a 10 días, por lo que, si el animal muere en ese intervalo, la sospecha es inminente y es necesario instaurar terapia antirrábica al individuo mordido.

La clave está en la prevención: realizar la vacunación antirrábica anualmente, permitir al personal vacunador su trabajo a domicilio, así como realizar la esterilización de mascotas para evitar la sobrepoblación y el abandono de los cachorros. De esta forma impediremos la triste recogida de animales desamparados, a la que se ve obligado el personal de Departamento de Higiene y Epidemiologia (Zoonosis) para resguardar la salud de nuestra población ante una enfermedad tan mortal. La salud animal es la salud del pueblo.

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