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Una perra chula…

20 de noviembre de 2017

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Chula, en 2017, una perra querida, cuidada y mimada, con la mirada “más dulce que un dulce” según su dueña.

Chula, en 2017, una perra querida, cuidada y mimada, con la mirada “más dulce que un dulce” según su dueña.

 

El término chulo significa en Latinoamérica“piropo o ladronzuelo”.

En Cuba tiene un significado que no está en la mayoría de los diccionarios. Una de sus acepciones es “proxeneta”, actualmente en desuso, hoy la palabra se usa como sinónimo de bonito, gracioso o alegre.

Por tanto, una perra chula es… una perra con esos atributos. Y hoy comentamos sobre una perra tan chula que su nombre propio es Chula. Hablamos de una perra amada, mimada y respetada, pero con un pasado difícil y traumático para toda su familia.

Chula nació en febrero de 2014 en casa de su dueña Odalys. Unas horas después de nacida su mamá canina, buscando a su dueña, aprovechó un resquicio de la puerta del jardín y huyó hacia la congestionada autopista.

Pasó lo peor…Chula quedó huérfana.

En pocos minutos esta familia pasó de la alegría de un parto numeroso, al profundo dolor de una pérdida y aún más; la desesperación por la muerte de una mascota querida por muchos años, hubo que superarla y volcarse a la tarea de salvar a su camada… una tarea mancomunada a la que se dedicó la familia como homenaje a su perra perdida.

Con ojos humedecidos Odalys cuenta como su esposo y ella se dieron a la tarea de salvar toda la prole. Fueron largas semanas, madrugadas turnándose en sus cuidados, preparando una fórmula láctea indicada por su veterinario. Ellos conocían que no se les debe administrar a los cachorros cualquier tipo de leche y gracias a eso aquellos 6 cachorros se salvaron. Fueron adoptados todos menos uno; Chula; Ella fue la “rabuja”, como se expresa en nuestras casas a la última en nacer, la más débil, la más pequeña. Sus cuidados tuvieron que ser más esmerados; sus infecciones digestivas y respiratorias fueron más comunes que en el resto de sus hermanitos. Finalmente, su carácter cariñoso y juguetón, el parecido con su madre y su delicada salud, les robó el corazón a todos y se quedó en casa.

Hoy La Chula, como la llaman todos en tercera persona, es una perra fuerte, saludable, alegre y golosa, que ladra a su dueña cuando pasa el dulcero, para que le compre…pero que el veterinario no lo sepa; que tiene miedo a la fumigación y a las tormentas, que no pierde pie ni pisada a su dueña por toda la casa; y se queda triste cuando ésta sale al trabajo. Pero Chula tiene un amigo-mascota, el gatico Yuyu, su amigo hasta tanto llega el momento de la comida, ahí es otra la historia. Recibe con mucha alegría el regreso de su familia en la tarde; pero como no ve maldad en las personas…a todos recibe como a familia, no cuida a casa!!! Pero ellos la aman con sus virtudes y defectos. Esa es la lección de amor y respeto hacia nuestros animales.

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Comentarios



Martha O. Pèrez Cortès / 20 de noviembre de 2017

Muy bonita la historia, reflejo que de que existen personas que muestran amor y dedicaciòn a sus mascotas. Ejemplos como este en los que primen los buenos sentimientos son necesarios para el desarrollo de la ciudad