Entregados Premios Nacionales de Crítica y Curaduría

3 de noviembre de 2017

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Estrella Díaz

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Artes plásticas, Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, Centro HIstórico de La Habana, Cuba, Cultura, Premio Nacional de Crítica Guy Pérez Cisneros

 

 

La joven Nahela Hechevarría Pouymiró obtuvo el Premio Nacional de Crítica Guy Pérez Cisneros, mientras que el de Curaduría lo recibieron (compartido) Meyra Marrero y Concha Fontenla, en acto realizado este jueves 2 de noviembre en la sede del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, enclavado en la Plaza vieja, en la parte antigua de la capital cubana.

Según el acta del exigente jurado —integrado por Magaly Espinosa, David Mateo y Erick González— Nahela con su ensayo “La ficción y la memoria: estrategias para penetrar el contexto” realizó un “análisis valorativo sobre uno de los temas centrales del arte cubano contemporáneo referido a la historia, y cómo ella condensa la memoria, los valores del documento y los lazos entre el pasado y el presente”.

 

 

Aseguró además el jurado, que ese ensayo se caracteriza “por la abundancia de artistas y obras de referencia en las cuales se potencia la perspectiva crítica junto a la interpretación del carácter cultural”.

En la categoría de reseña se confirió el Premio Nacional de Crítica Guy Pérez Cisneros, de manera compartida, a Luis Enrique Padrón Pérez, por “Pecio para una travesía aplazada” por “el rigor de los análisis que interpretan la obra del artista y la ubican de manera acertada en su contexto” y a Laura Magela Garcés Ramírez por “Coitus reservatus” por “la presencia notoria de la mirada y la voz de la autora en su propósito por reseñar la muestra objeto de análisis. Un trabajo en el cual además se hace derroche de un estilo literario peculiar.

 

 

En cuanto a “Los silencios de Duchamp”, exposición que se exhibió en Factoría Habana, del Centro Histórico habanero —institución dedicada por entero a dar cabida al arte contemporáneo— el jurado aseveró que tanto Meyra Marrero y Concha Fontela realizaron un “trabajo profundo con una importante investigación de respaldo que derivó en una adecuada selección de obras”.

Igualmente el acta del jurado —compuesto por las especialistas Corina Matamoros, Hilda María Rodríguez, y Chrisly Pérez— subraya que “la museografía se correspondió, paso a paso, con las ideas curatoriales que fue complementado por los debates desplegados por el laboratorio de ideas que Factoría Habana suele acoplar son sus muestras”.

 

 

Al recibir el Premio Nacional de Curaduría, un lauro muy disputado y codiciado entre los especialistas de esa rama, la Fontela, española de nacimiento y cubana por “amor”, dijo emocionada que recibir este importante lauro en el país que tanto ama, es para ella “el mayor de los retos profesionales a los que me he enfrentado, pero sobre todo el más gratificante: el camino recorrido ha sido arduo y lo sigue siendo”.

Al tiempo que enfatizó que Factoría Habana es un sueño hecho realidad: “un árbol que ha ido creciendo robusto y empieza a dar frutos como este y es un placer inmenso saber que se ha ido haciendo un espacio en la floresta nacional”. Reiteró que “el orgullo se convierte en compromiso, el compromiso en promesa, y esta en palpable realidad” y de inmediato dio gracias por concederle “este honor —compartido con la excelente curadora Neyra Marrero, gracias al jurado y, sobre todo, gracias al doctor Eusebio Leal Spengler por haberme acompañado en este largo camino como él solo sabe hacerlo. A mis tres hijos, que son mi razón de ser. Artistas, amigos, colaboradores que van y vienen, pero que forman parte de un interesante equipo que sin él nada es posible. Y un montón de amigos que se han convertido en hermanos que son tantos que, como dice Diego el Cigala —otro enamorado de Cuba— no los puedo ni contar”, concluyó.

Además, el jurado decidió otorgar mención a la exposición “Herbaria”, curada por Caridad Blanco y Guillermo Rodríguez “por una visión diferente del Caribe, mostrando tanto desde sus geopolíticas como desde la intimidad humana lograda y con gran sutileza muestra” y también a obtuvo mención “Sonique”, de Yarisley Medina Abreu, por resultar “muy abarcadora tanto por su tema, sus dimensiones artísticas y su carácter interdisciplinario”. Igualmente obtuvo mención la exposición “Memorias 80-90”, Colección de Arte Contemporáneo Wifredo Lam de Lisset y Lisandra Yllañez, particular placer esta moción de dos recién graduadas de la especialidad de historia del arte, “se trata de una muestra dedicada por entero al estudio de una colección específica que lleva aparejado de una zona importante del grabado cubano desplegada en un diseño museográfico”.

 

 

En la categoría de exposición personal el jurado decidió otorgara mención a “Todos los mundos de Bachs”, curada por Sara Vega y Fabián Muñoz por “tratarse de una colección patrimonial de uno de los más destacados cartelistas cubanos”: Eduardo Muñoz Bachs (1937-2001): diseñador, dibujante, ilustrador y pintor autodidacta, considerado el más importante exponente de la Escuela Cubana del Cartel Cinematográfico.

Luego de concluido el acto de entrega de los Premios, conversamos con David Mateo, uno de los integrantes del jurado, quien aseveró que había sido “una enorme satisfacción participar en esta edición del concurso de crítica” y confesó que “no fue difícil ponernos de acuerdo porque había un grupo de trabajos que denotaban, de manera muy clara, la valía de la escritura, la valía de la perspectiva conceptual y, sobre todo, eran voces muy particulares y singulares que miraban el arte desde una perspectiva sincera y actualizada”. Insistió que las reseñas le parecieron “muy importantes porque ante la ausencia de buena escritura y buena literatura dentro de la crítica, encontramos dos textos muy bien elaborados, incluso, con una alta calidad lírica y eso fue realmente interesante”.

 

 

Ante la pregunta de esta reportera sobre la presencia de jóvenes, que fue realmente notable, respondió Mateo que eso, simplemente, “quiere decir que hay un relevo de escritura garantizado” y enfatizó que lo que más le complació fue que “en esos trabajos hay mesura, hay detenimiento, hay respeto, hay intención de diálogo que es, desde mi punto de vista, la mejor manera de hacer la crítica de arte”, concluyó.

El Premio Nacional de Crítica Guy Pérez Cisneros se entrega a los textos publicados entre septiembre de 2016 a septiembre de 2017, mientras que el Premio Nacional de Curaduría analiza las exposiciones efectuadas en ese mismo período de tiempo. Ambos reconocimientos son auspiciados por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, institución rectora de esa especialidad en Cuba.