ribbon

Cuando prima la irracionalidad

12 de octubre de 2017

|

 

Como una verdadera carrera hacia un precipicio, puede calificarse la política internacional de Estados Unidos, que ahora con Donald Trump en la Casa Blanca, lo mismo sale huyendo del compromiso logrado en París sobre Cambio Climático, que amenaza con romper el Acuerdo Nuclear con Irán y, lo más reciente y salvaje de todo, la retirada de la UNESCO comunicada este 12 de octubre.

De un gobierno donde prima la irracionalidad puede esperarse cualquier cosa y precisamente es ahí donde está el peligro.

Me comentaba un colega al respecto: “Pero ese Trump es el que eligieron los votantes estadounidenses”.

Mi respuesta, sin pretender hacerla absoluta, se refirió a lo complicado y antidemocrático que es el proceso electoral en ese país, donde un presidente puede serlo solo con el 25% de los votos, o, como en el caso de Trump, con casi dos millones de votos menos que su contrincante Hillary Clinton.

Al respecto agregué que no se trata de que la perdedora fuera a aplicar otra política, pero lo real es que el magnate inmobiliario devenido en presidente, ha dado ya sobradas muestras de incoherencia política y arrebatos mediáticos, nada compatibles con el ejercicio del gobierno y su política vinculada con los problemas mundiales y locales.

Un poco más convencido del porqué Trump está en la silla presidencial, el colega comentó que “la naturaleza, con los terremotos y ciclones, le está pasando la cuenta, luego de que él renunciara a los acuerdos sobre Cambio Climático aprobados en la Cumbre de París”.

“En Estados Unidos las tormentas y ciclones han provocado muertes y desastres en ciudades, pueblos y comunidades, y hasta en el llamado Estado Libre Asociado de Puerto Rico, que todavía hoy tiene el 90% de su población sin alumbrado eléctrico y agua potable, luego de un mes de haber sido azotado por el huracán María”, apostilló mi interlocutor.

De vuelta al tema de la salida de Estados Unidos de la UNESCO, comunicación oficial brindada este jueves 12 de octubre y calificada como “lamentable” por Irina Bokova, directora general de esa dependencia de Naciones Unidas, vale recordar que ya en 2011 Washington había retirado su contribución monetaria a esa institución, en contra de su compromiso y en detrimento de las acciones que benefician la educación, la ciencia y la cultura, por parte de esa institución.

“En el momento en que la lucha contra el extremismo violento pide una inversión renovada en educación y en diálogo intercultural para prevenir el odio, es profundamente lamentable que EEUU se retire de la agencia de Naciones Unidas que se ocupa de estos asuntos”, consideró la directora de la UNESCO.

Pese a todo, opinó que la misión del organismo que ha encabezado durante ocho años “no ha terminado” y que continuará con su trabajo “para construir un siglo XXI más justo, pacífico y equitativo”, para lo que se necesita “el liderazgo de todas las naciones”.

Estados Unidos ya se había retirado de la organización el 31 de diciembre de 1984, bajo el gobierno de Ronald Reagan y solamente se reincorporó en 2003, 19 años más tarde.

Y antes, en 1974, había suspendido temporalmente sus contribuciones financieras al organismo en represalia por su reconocimiento de la Organización para Liberación de Palestina y sus condenas al estado de Israel.

Cuando en octubre del 2012 la UNESCO aprobó la adhesión de Palestina como miembro de pleno derecho, Estados Unidos se opuso a ello y recomenzó su torpedeo a toda acción emprendida por esta institución de la ONU.

Hoy, un Donald Trump instalado en la presidencia estadounidense, además de mostrar su verdadera cara en su apoyo incondicional a Israel, va cavando la tumba del multilateralismo o lo que queda de él.

Eso pasa cuando hay gobernantes en los que prima la irracionalidad.

Comentarios