ribbon

LA OTAN contra la ONU

25 de septiembre de 2017

|

 

El pacto militar de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ha mostrado una vez más la esencial naturaleza agresiva que le dio origen, pero a ello se añaden esta vez la hipocrecía, el doble rasero y la demagogia al oponerse al reciente acuerdo de la Asamblea General de Naciones Unidas –adoptado en el pasado mes de julio– que prevé la prohibición total del desarrollo, almacenamiento y la amenaza del uso de armas nucleares.

Después de todo, tal actitud de la OTAN no es de extrañar en los momentos en que el gobierno de Estados Unidos, cabeza visible y operacional del susodicho pacto, se muestra cada vez más amenazante y juega irresponsablemente con los destinos de la humanidad.

Es la misma OTAN que de manera farisea y falaz dice condenar las pruebas nucleares realizadas por otros y trata de utilizarlas para justificar su rechazo al histórico acuerdo de la Asamblea General que marca una nueva etapa, con seriedad y respeto, en la larga y difícil lucha por la desnuclearización universal.

Con 122 votos a favor se aprobó este acuerdo, el solo voto en contra de los Países Bajos (Holanda) y una abstención, lo cual representa la abrumadora mayoría de los estados miembros de la organización mundial que, de este modo, fijaron su posición en un aspecto tan importante para la paz y la seguridad internacional.

Un total de 51 países ya lo han firmado, tres lo han ratificado (incluida la Santa Sede como observador) y se considera que pueda entrar en vigor en menos de una década, una vez que 50 países los ratifiquen; la elevada cantidad de países firmantes así lo augura.

El Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares (TPAN) es el primer acuerdo legalmente vinculante para prohibir este tipo de arsenal y su texto fue impulsado inicialmente por Austria, Brasil, México, Sudáfrica y Nueva Zelanda. Una vez en vigor este Tratado solo será aplicable para los países firmantes.

El futuro del TPAN y sus posibilidades efectivas dependerán en buena medida de la evolución de la situación internacional y de la correlación de fuerzas que logre establecerse por parte de las Naciones Unidas, tal como se logró en la pasada Asamblea General que los aprobó.

Por lo pronto, ya sabemos que el agresivo pacto militar de la OTAN (29 países, tres de ellos con armamento nuclear) lo rechaza y proclama que “seguirá siendo una alianza nuclear”, poseedora de buena parte de las 15 mil cabezas nucleares que, según se calcula, existen actualmente.

La hipocresía de la OTAN no tiene límites.

Comentarios