Celina González

19 de septiembre de 2017

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Ángel Félix Ferrera

“Yo soy el punto cubano
que en la manigua vivía
cuando el mambí se batía
con el machete en la mano”.

 

Ella, Celina González, será por siempre “La Reina de la música campesina cubana”. Para mí fue un honor charlar, alrededor de una década atrás, con esta genial intérprete del son montuno, la guajira, el punto cubano y otros criollísimos géneros y estilos musicales.

De baja estatura, ojos muy expresivos, franca y locuaz en el decir, Celina transpiraba la belleza física y espiritual que caracterizó su extensa y fructífera existencia.

“Me siento muy feliz y orgullosa de ser cubana y guajira, porque Cuba es una tierra que la quiere el mundo entero. Y yo me siento muy cubana”.

De sus inicios en el quehacer musical, Celina me contó lo siguiente:

“Comencé muy jovencita en Cadena Oriental de Radio, en Santiago de Cuba, junto a Reutilio Domínguez. Allí teníamos un programa que se llamaba “Atalaya campesina” y otro espacio, a las 5 y media de la mañana, titulado “Alborada campesina”. En esa emisora compartimos con artistas que, más tarde, serían muy famosos en toda Cuba. Por cierto, me siento muy orgullosa de haber conocido en esa planta radial a Ñico Saquito, uno de los grandes trovadores cubanos de todos los tiempos. Fue él quien, tras escuchar al dúo, trajo una grabación a la emisora habanera Radio Cadena Suaritos, que nos contrató inicialmente por una semana. Sin embargo, cuando salió al mercado la pieza “Santa Bárbara bendita” – que muchos conocen como “Qué viva Changó” – aquello fue un éxito rotundo. A partir de entonces nos sonrió la fama, nacional e internacionalmente.

“Santa Bárbara bendita,
Para ti surge mi lira,
Y con emoción se inspira
Ante tu imagen bonita.
¡Qué viva Changó,
Que viva, Changó, señores!”

El número musical se convirtió en un hit espectacular. Inmediatamente las compañías disqueras contrataron al dúo de Celina y Reutilio, al tiempo que fueron invitados a participar en dos películas: “Rincón Criollo” y “Bella la salvaje”.

“Por tanto, tuvimos la oportunidad de quedarnos contratados en La Habana por un año. Trabajamos, además de Radio Cadena Suaritos, en Cadena Azul y la CMQ. Al llegar la televisión, también se nos abrieron las puertas en los programas estelares del novedoso medio. Sinceramente, entramos por la puerta grande de la historia musical de Cuba”.

En íntima confesión, Celina González me reveló pormenores de la fuente inspiradora de aquella pieza musical que la hizo saltar a los primeros planos de popularidad y trascender como una leyenda en el ambiente cultural de la Isla.

“Como campesinos que éramos, no sabíamos absolutamente nada del habla de la religión yorubá. No obstante, un día se me presenta Santa Bárbara bendita, y me dice que si le canto me haría triunfar en el mundo entero. Yo le respondí que no tenía conocimientos sobre la lengua de nuestros antepasados africanos. Ella me pronosticó que el 2 de noviembre iría con Reutilio hacia La Habana por un mes. Y así fue, pero al tercer día de estar en la capital me llegaron la letra y la melodía de ese tema musical. No era aún capaz de imaginar que escalaríamos a los primeros peldaños de la fama, pero esa pieza fluyó en mi mente, la cantamos y el éxito fue rotundo. Desde ese momento comencé a elaborar textos con la métrica del octosílabo, y surgieron décimas a otras deidades como la Caridad del Cobre, la Virgen de Regla…”

“Madre mía, virgencita milagrosa
Eres Caridad del Cobre,
Si tú te paseas sobre
Nuestra nación hermosa.”

En aquella oportunidad excepcional de dialogar con la Reina de la música campesina cubana, resultó imprescindible hacer referencia a su vínculo entrañable con Colombia.

“Es algo impresionante lo que me sucedió en ese país. En 1984 viajé allí junto al grupo Campo Alegre para participar en la Feria Internacional de Cali. Una multitud nos esperaba – 50 mil personas nos dieron la bienvenida a las 12 de la noche –, y tuve el honor de ganar el primer premio de interpretación. Muchos lloraban, porque no sabían de nosotros y pensaban que ya habíamos muerto. Mi emoción fue doblemente grande, al ver cómo me aplaudían no solo mis contemporáneos, sino los adolescentes y los niños. Todos lloraban y me hicieron llorar también a mí. Desde ese momento, Colombia ocupó un lugar muy especial en mi corazón”.

 

 

Y muy emocionantes fueron para mí las palabras que escuché casi al finalizar esta charla con la inolvidable compositora e intérprete de los ritmos de nuestros campos.

“Cuando uno se da a la tarea de lograr sus sueños, la cumple con esmero. Como madre y como hija, no creo que haya sido la mejor, pero sé que cumplí con Dios y con mis padres hasta el momento de su fallecimiento. Como madre, creo que he cumplido, y como abuela y bisabuela también. Para mí el hogar es lo más sagrado. Recuerdo que mi padre decía que al hogar hay que respetarlo como el templo sagrado de Dios, y es verdad. Hay que respetar a la familia y querer mucho al pueblo, nuestra principal razón de ser como artistas. En todos los países que he visitado me he sentido muy feliz de ser cubana. El público me hace vivir y me transmite ese vigor que Dios, la Santa Bárbara bendita y la Virgen de Regla  me dieron. Tengo la gloria de sentir que a Cuba la quiere el mundo entero, y nosotros tenemos que ser recíprocos siempre con esa amistad. Ruego que Dios traiga la paz para todos los seres humanos. ¡Aché para todo el mundo!”.

“Tengo un poder soberano,
Que me lo dio la sabana,
De cantarle a la mañana
Brindándole mi saludo
A la palma, al escudo,
Y a mi bandera cubana.
Por eso canto a las flores
Y a la mañana que inspira.
Le canto a Cuba querida,
La tierra de mis amores.

 

Y ya me despido hasta un próximo recorrido virtual… “del éter a la web”.