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¿Hacia dónde quieren llevar a Venezuela?

18 de mayo de 2017

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La jugada norteamericana contra Venezuela está muy clara: desestabilizar al país, hacerlo ingobernable, copia y calco de otras experiencias –también imperiales– que con cualquier apellido han llevado a cabo en la región del Oriente Medio.

¿Será el petróleo el denominador común de este plan?

Estuve leyendo un análisis aparecido en Voltaire, escrito por Thierry Meyssan, donde expresa que lo que ocurre hoy en algunos países de América Latina tiene como objetivo destruir estados para eliminar toda posibilidad de resistencia nacional contra el imperialismo.

Especifica que “todo comenzó con un decreto del entonces presidente Barack Obama, emitido el 9 de marzo de 2015, que declaraba un estado de emergencia ante la extraordinaria amenaza que la situación en Venezuela supuestamente representaba para Estados Unidos. Ese documento suscitó en todo el continente una ola de indignación que obligó al presidente estadounidense a presentar excusas durante una cumbre regional. Obama se excusó… pero no anuló el decreto y los preparativos para una nueva guerra siguieron adelante”.

Hoy Venezuela se debate contra la maniobra diaria de una oposición fascista, pagada desde Miami, que está apostando a una estocada final contra el gobierno bolivariano y su presidente Nicolás Maduro.

¿Qué diferencia hay entre quienes matan policías y civiles en las calles de Caracas y de otros estados de ese país, con los que arremeten con sus tanques y otras armas sofisticadas, contra la población árabe palestina que se defiende con piedras de esos vándalos de la época moderna?

Tampoco hay disparidad entre los que prenden candela contra hospitales infantiles, transporte público y otras instalaciones y los que en la Alemania Nazi impusieron el terror y la muerte como método para controlar a toda Europa.

Cuando escuchaba la alocución del presidente Maduro hace algunos días, me venían a la mente las más terribles escenas de lo que fue la llamada “primavera árabe” en algunas naciones de esa región medio oriental.

Se refería Maduro a un proyecto similar al de la experiencia de la primavera árabe, en este caso identificada como “primavera latina”, orquestada desde el puesto de mando imperial y con ramificación en Europa, donde el poder mediático occidental se ha puesto a la cabeza de la desestabilización a través de la mentira.

Vale recordar que la Revolución Bolivariana es fuerte y sus dirigentes han dado muestras de una acertada conducción, siempre acompañados por un pueblo que mayoritariamente resiste.

Pero no puede perderse de vista que el plan de la llamada oposición venezolana más recalcitrante y fascista, parece contar con asesoría de servicios secretos y de inteligencia occidental (estadounidenses) que están implicados hasta los tuétanos en el proyecto final de echar abajo la Revolución Bolivariana.

Hacia la desestabilización total y la ingobernabilidad se quiere llevar a Venezuela. No olvidemos los planes contra Irak, Libia, Siria.

Y tampoco dejemos en el tintero que hay un denominador común: son países productores y con grandes reservas de petróleo.

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