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La Polenta como sustitución del pan

11 de mayo de 2017

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Mucho antes de Cristóbal Colón trajera el maíz de América, en el norte de Italia la polenta ya era la base de la alimentación.

Las mazorcas de maíz, con sus granos dorados y crujientes, encontraron allí el clima adecuado y el agua necesaria para su crecimiento ideal; incluso en los lugares donde otros tipos de cereales apenas germinaban, el maíz daba muy buenas cosechas. Por consiguiente, todos los bolsillos podían acceder a él.

Al principio se expandió por Venecia, molido muy finamente. Posteriormente, una molienda más gruesa conquistó la Lombardía. Siguieron el Piamonte y las otras regiones del norte. La polenta comenzó a sustituir al pan y a la pasta. Todas las regiones desarrollaron su propia forma de elaboración, que siempre dependía de los ingredientes que tenían al alcance.

Si un día la polenta fue calificada como comida de pobres, actualmente ha encontrado muchos adeptos. Los amantes de la papilla de maíz exigen, sin embargo, que se elabore de forma tradicional (y no rápidamente en una olla de presión).

 

Polenta con gorgonzola

Ingredientes:

Polenta
40g de mantequilla
200g de queso gorgonzola

 

Procedimientos:

Preparar, según la receta anterior, la polenta con 250g de sémola de maíz y ¾ l de agua y dejarla enfriar. Precalentar el horno a 180°c.

Untar un molde resistente al fuego con mantequilla. Cortar la polenta en rodajas de 1cm de grosor y disponerlas una al lado de otra en el molde. Desmigajar un poco de gorgonzola encima de cada rodaja y cubrir con otra rodaja de polenta. Colocar el resto de la mantequilla por encima en forma de copos. Gratinar al horno durante 15-20 minutos y servir caliente.

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