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fray Junípero Serra

31 de marzo de 2017

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En la Plaza de San Francisco de Asís, aledaña al convento del mismo nombre, se alza un monumento en bronce que evoca la figura de fray Junípero Serra. Su emplazamiento en tan céntrico lugar del Centro Histórico de La Habana Vieja, el 11 de junio de 2005, descubrió a muchos la personalidad y el quehacer de un clérigo de honrosa recordación en el continente americano.

El monumento tiene a sus espaldas el muro del Convento de San Francisco de Asís, en cuyos claustros fray Junípero encontró albergue y espacio para la oración en fechas ya un tanto remotas. Se conoce que fray Junípero estuvo en La Habana del siglo XVIII, en ese convento, y que precisamente desde la basílica menor del mismo partieron los frailes, entre ellos fray Junípero, para la llamada evangelización del continente americano.

En este lugar los misioneros se preparaban en el conocimiento de las lenguas nativas y en otras disciplinas teológicas que debían aplicar como parte del proceso de evangelización en las tierras colonizadas a sangre y fuego por la Corona española.

Ha afirmado el doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana, que “fray Junípero Serra y San Francisco Solano fueron algunas de las más brillantes figuras de la etapa inicial del Convento, que se vieron magníficamente sucedidas por hombres símbolos de la ilustración cubana, tales como Félix Varela y José de la Luz y Caballero”.

Sin embargo, no fue en Cuba donde el fraile se insertaría en la historia. Al nacer en Mallorca, en 1713, recibió por nombre el de Miquel Josep Serra y Ferrer. Al emitir los votos religiosos, en 1731, pasó a ser nombrado Junípero y no fue hasta 1749, a la edad de 36 años, cuando fue destinado junto a otros veinte misioneros franciscanos al Virreinato de Nueva España, México, donde desembarcó en el mes de diciembre por el puerto de Veracruz.

Permaneció varios años en aquel vasto territorio, hasta que la expulsión de los misioneros jesuitas por decreto del rey Carlos III, en 1767, puso en manos de los franciscanos la atención de la población nativa y determinó el arribo de fray Junípero a la península de Baja California en 1767.

Fray Junípero murió en Monterrey, México, el 28 de agosto de 1784. Tanto en España, como en Estados Unidos y en México es figura honrada en muy diversas formas. En 1988 fue beatificado por el papa Juan Pablo II y su festividad es el 28 de agosto, en coincidencia con la fecha de su fallecimiento.

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