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Good bye Obama

24 de enero de 2017

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Terminó el mandato de Obama y la Casa Blanca abrió las puertas a Donald Trump. El primero sale con muchas promesas sin cumplir y el segundo entra en medio de la incertidumbre que han dejado en Estados Unidos y el mundo, sus pronunciamientos preelectorales.

El recibimiento a Trump no ha podido ser más adverso para el magnate inmobiliario: cientos de miles de personas, mujeres en su mayoría, se han manifestado en su contra dentro de Estados Unidos y en otras muchas capitales del mundo.

La evaluación sobre el mandatario saliente va a estar incompleta siempre. Es casi imposible diferenciar entre sus verdaderas intenciones y los objetivos ocultos entre ellas. Tampoco será fácil resumir lo que pudo hacer y no hizo.

Soy de los que opina que a Barack Obama y sus planes no solo el Congreso le hizo daño. Yo creo firmemente que haberle entregado el Premio Nobel de la Paz de forma apresurada y sin merecerlo, le hizo más daño que estímulo.

Pongo otro ejemplo. Obama, desde mucho antes de alcanzar el primer mandato presidencial había dicho que, de llegar a la Casa Blanca, una de las primeras cosas que haría sería el cierre de la cárcel en la ilegal base de Guantánamo.

Sin embargo, el mismo día que finalizaba su período presidencial, tuvo que reconocer que “por mucho que quiso, no pudo lograr este objetivo”.

Analistas del tema señalan que las autoridades norteamericanas nunca aceptaron tratar con estos reclusos y el Departamento de Justicia se negó a juzgarlos de acuerdo con las leyes estadounidenses, mientras las fuerzas de seguridad se oponían a su transferencia al territorio de EE.UU. y el Congreso aprobó una ley que prohibía el traslado de estos presos al país.

El Pentágono desde el primer momento negó la necesidad de cerrar Guantánamo, mientras que solo el Departamento de Estado defendió el cierre de la prisión, consciente “del daño que estaba causando a la imagen internacional” de Estados Unidos.

En este aspecto de imagen internacional y aunque la Administración Obama no lo reconociera, hay que decir que en sus años presidenciales mucho prestigio perdió Washington debido al apoyo financiero y con armas a grupos terroristas que operan en naciones del Oriente Medio.

Obama afectó su reputación cuando dijo que la guerra que inició George W. Bush contra Afganistán, pasaba a ser “mi guerra” y luego tuviese que reconocer que la nación asiática vivía en medio de un clima de caos, inestabilidad y miseria, lo mismo en presencia de las tropas invasoras norteamericanas que luego de haber salido de allí unos cuantos miles de sus soldados.

El presidente Obama creó un gran revuelo mediático en sus pasos para restablecer las relaciones con Cuba. Fue positiva la liberación de los tres héroes cubanos que quedaban en las cárceles norteamericanas, injustamente presos.

El regreso a casa del grupo de Los Cinco, como lo conoció el mundo, fue un gesto de justicia que será recordado siempre.

También lo han sido la eliminación de algunas normativas como la de “pies secos, pies mojado” y el programa Parole, ambas relacionadas con la migración y el robo de médicos y otros profesionales cubanos que brindaban sus servicios solidarios en otros países.

En el plano económico y comercial sus medidas –la mayoría de última hora– no han llegado a ser otra cosa que paliativos que no tocan el tema central del asunto: el bloqueo.

Se reconoce la posibilidad de que líneas aéreas norteamericanas realicen viajes a Cuba y, aunque parece un chiste más que una realidad, la compra por Estados Unidos de algunos sacos de carbón vegetal pueden ser un símbolo de lo que sería un intercambio mayor.

En este sentido, es verdad que tuvo en su contra un Congreso republicano que le ató de pies y manos. Pero también es verdad que, como Presidente, tenía potestades que no utilizó y que de hacerlo destrabarían muchos mecanismos como el de autorizar el uso del dólar en transacciones de la Isla, que los norteamericanos pudiesen viajar a Cuba libremente, entre otras.

En lo interno, Barack Obama concluye su período sin que pudiera al menos garantizar una mayor seguridad a los ciudadanos. Aunque dijo oponerse a la venta masiva de armamentos y apostó por un mayor control de los mismos, causantes de miles de muertes cada año, hoy son más las armas en manos de la población y es mayor la violencia ciudadana en ese país.

Pasa otro tanto con el tema racial y la cada vez mayor cantidad de hechos de violencia y muerte donde se involucran policías y negros, lo que muestra a una sociedad xenófoba y cuerpos policiales de corte racista.

Pero Obama, poco a poco, dejará de ser el centro mediático por lo que hizo, lo que se propuso y lo que dejó de hacer y el reloj irá marcando otro ritmo en sus manecillas, al compás de lo que se proponga, lo que haga y lo que deje de hacer Donald Trump.

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