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Hablando de medidas

13 de enero de 2017

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jarabe

 

¿Cuántas veces no nos enfrentamos padres y cuidadores a la tarea de administrar medicamentos a nuestros niños?

Las especialidades farmacéuticas para uso pediátrico casi siempre están formuladas en forma de líquidos que se administran por vía oral. Así, por su sabor agradable, fácil administración y buena biodispobilidad, los jarabes, las soluciones orales y las suspensiones, son todas presentaciones ampliamente empleadas en los medicamentos infantiles.

Pero con todos estos preparados aplica una recomendación muy importante. Es preciso ser muy vigilantes de la cantidad exacta de medicamento a administrar, pues a diferencia de los sólidos orales, en que la dosis del medicamento se garantiza de manera unitaria dentro de la propia composición del comprimido, en los preparados líquidos la correcta medición del volumen a administrar es la única garantía de la correcta dosificación del medicamento.

Para evitar los problemas relacionados con la incorrecta dosificación del medicamento, muchos laboratorios farmacéuticos optan por incluir en sus productos aditamentos de medición que facilitan esta tarea. Con frecuencia estos medicamentos traen en su estuche, además del frasco del producto y el prospecto, cucharillas o vasos dosificadores que hacen la administración mucho más sencilla.

Sin embargo, no todos los preparados líquidos tienen siempre estos aditamentos de medición incorporados y en casos como esos es preciso buscar alternativas. Es ahí donde resulta muy importante estar familiarizados con las distintas medidas que usamos para administrar los medicamentos.

Por lo general, en este tipo de medicamentos la dosis de administración viene expresada en unidad de volumen, siendo el mililitro –representado por el símbolo ml– la unidad de medida que se emplea con mayor frecuencia. Usualmente la cantidad de medicamento que está indicada administrar es una cucharadita o una cucharada. Por eso es importante conocer cuántos mililitros contiene cada una.

Para los efectos de la posología, una cucharadita contiene 5 ml y una cucharada tiene 15ml. Hay quienes a falta de una cuchara de medición optan por usar cucharilla de café para medir una cucharadita del medicamento y una cuchara sopera para medir una cucharada. No obstante esto pudiera resultar engañoso, pues no todos los utensilios de cocina tienen las medidas exactas que se necesitan. En muchas cucharitas caben solo 3 ml y otras llegan a caber hasta 8 ml. Por ello es necesario garantizar que se está tomando la cantidad correcta del medicamento, ni más, ni menos.

Para medir el volumen exacto de la cuchara que piensa utilizar puede auxiliarse de una jeringuilla. Haga esto antes de administrar los medicamentos, para asegurarse que no cometerá ningún error. Otra opción es no desechar los aditamentos de medición que vienen con algunos medicamentos. Consérvelos y así los tendrá para futuros tratamientos, si los medicamentos que debe administrar no contaran con ellos.

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