ribbon

Valoraciones de José Martí con respecto a la patria y al significado del patriotismo

16 de diciembre de 2016

|

 

cuba_imagen

 

No es posible concebir el desarrollo de la vida de Martí separada de la causa de su tierra natal, ni tampoco de los anhelos de otros pueblos. Para él la Patria no fue nunca algo que guardase relación con intereses mezquinos de los seres humanos.

En muchos trabajos suyos aparecen ideas y criterios sobre la patria y el patriotismo de gran significado político y social.

En el segundo y último número de la Revista Venezolana, que se salió en Caracas en julio de 1881, publicó un artículo en el que expresa su dolor por la opresión y la violencia con que el colonialismo español sometía a los cubanos, y patentizó su dedicación a la causa de su patria.

Señaló al respecto: “De llorar tiempo se tiene en la callada alcoba, frente a sí mismo, en la solemne noche: durante el día, la universal faena, el bienestar de nuestros hijos y la elaboración de nuestra patria nos reclaman.”

Martí se expresa como hombre que tiene conciencia de su patriotismo. Puede decirse que con excepción de una buena parte de sus poemas y algunas obras en prosa en sus años juveniles casi todo lo demás que escribió estuvo destinado a impulsar la independencia de su Cuba querida y a salvar, con ella, la independencia de otros pueblos o a señalar los peligros que amenazaban a lo que él denominó certeramente como “Nuestra América.”

El patriotismo fue para él como una religión y fue fuente inagotable de motivación en su propia vida. Él llegó a asegurar que el patriota bueno, ha de hacer a su Patria, en vida al menos, el sacrificio de su mayor gloria.

Martí, para quien “fuera de la verdad no hay salvación”, también afirmó que no podía decir ni hacer cosa que no fuera para beneficio de su patria. Planteó el criterio que a la Patria no se la ha de servir para el beneficio que se pueda sacar de ella, sea de gloria o de cualquier otro interés, sino por el placer desinteresado de serle útil.

Otro ejemplo elocuente al respecto que puede citarse es el discurso que él pronunció el 26 de noviembre de 1891 en la actividad organizada por el Club Ignacio Agramonte, en Tampa, en el que reiteró su compromiso de servir dignamente a su Patria al enfatizar: “De altar se ha de tomar a Cuba para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal para levantarnos sobre ella.”

Algunos meses después José Martí fundó el periódico Patria y en un trabajo titulado “Nuestras Ideas” aparecido en la primera edición de dicha publicación, el 14 de marzo de 1892, enfatizó que el patriotismo es un deber santo cuando se lucha por poner a la patria en condición de que vivan en ella más felices los hombres.

En esta misma publicación, algo más de un mes y medio más tarde, señaló que honrar a la patria es una manera de pelear por ella, así como hacer algo que la deshonre es pelear contra ella.

Puede decirse que Martí actuó en forma consecuente con estos principios expuestos tanto en los trabajos y discursos que he mencionado como en otros, incluso en cartas íntimas dirigidas a sus familiares, amigos y colaboradores en las que siempre hizo patente el gran compromiso que tenía con su Patria.

Él destacó en la sección En casa, que publicó en el periódico “Patria”, en Nueva York, en la edición del 26 de enero de 1895 que cada cual se ha de poner, en la obra del mundo, a lo que tiene más cerca, “no porque lo suyo sea, por ser suyo, superior a lo ajeno, y más fino o virtuoso, sino porque el influjo del hombre se ejerce mejor, y más naturalmente, en aquello que conoce, y de dónde le viene inmediata pena o gusto; y ese repartimiento de la labor humana, y no más, es el verdadero e inexpugnable concepto de la patria.

Además enfatizó en dicha sección: “Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer.”

Y en una de las cartas que escribió, en la etapa final de su existencia, en la zona de Jurisdicción de Baracoa, en el territorio oriental cubano, fechada el 16 de abril de 1895 y dirigida a Carmen Miyares y a sus hijos, Martí resumió el gran amor y entrega a la causa de su Patria al señalar lo que experimentaba por hallarse en Cuba dando su contribución directa al desarrollo de la guerra por la independencia.

“Es muy grande, Carmita –afirmó–, mi felicidad, sin ilusión alguna de mis sentidos, ni pensamiento excesivo en mí propio, ni alegría egoísta y pueril, puedo decirte que llegué al fin a mi plena naturaleza, y que el honor que en mis paisanos veo, en la naturaleza que nuestro valor nos da derecho, me embriagaba de dicha, con dulce embriaguez. Solo la luz es comparable a mi felicidad.”

Con el empleo de otras palabras, pero con similar determinación igualmente Martí en la carta inconclusa que empezó a escribirle a su amigo Manuel Mercado el 18 de mayo de 1895, ratificó el compromiso que tenía con su Patria al exponer: “…ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo– de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiados recias para alcanzar sobre ellas el fin.”

Galería de Imágenes

Comentarios