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Interpretaciones diversas…

11 de noviembre de 2016

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Son días de acomodo. Cada cual hace su propia interpretación del asunto y hasta sugiere posibles desenlaces. Otros, los mercenarios y oportunistas, quieren aprovechar la lógica incertidumbre de las primeras jornadas para echar leña al fuego e incentivar lo peor.
Lo que escribo no es la opinión de un oráculo, más bien es la extraída de lecturas de fuentes diversas, criterios de los más variados sectores y acudiendo a la lógica de la historia de los Estados Unidos.
El triunfo de Donald Trump en estas elecciones es el resultado, en mi opinión, de muchos poquitos que hacen un todo. Y, lo fundamental, que obtuvo la preferencia necesaria en unas elecciones que son como el sistema que las incuba, nada representativas de una verdadera democracia.
De no ser así, sería imposible que el vencedor sea proclamado con menos votos populares que su contrincante. Y eso pasó una vez más en ese país que se quiere imponer como paradigma de la democracia.
Pero de lo que no hay dudas es que Donald Trump será a partir del 20 de enero próximo el nuevo ocupante de la Casa Blanca.
En este contexto, es más que repugnante el alboroto de algunos y algunas figuras de lo más recalcitrante de la contrarrevolución cubana –de dentro y de fuera– que auguran los más irracionales desenlaces y llaman a terminar de asfixiar a la Isla y a toda su población, ya sea manteniendo y apretando el bloqueo o empleando nuevas opciones de los años de la Guerra Fría.
¿Cómo pueden estos personajes, asalariados de la peor calaña, hacer llamados al nuevo mandatario norteamericano a que “apriete más a Cuba”? O es que detrás de ello lo que se esconde es un forcejeo de última hora por temor a quedarse sin las jugosas sumas de dinero que reciben cada mes desde Washington. O que desde el poderoso país le corten un poco de los muchos viajes al exterior que realizan para vomitar diatribas contra la nación que los vio nacer.
En otros escenarios, las interpretaciones en cuanto a lo que hará el nuevo gobierno de Donald Trump, una vez en el poder, van desde una postura más pragmática sobre la presencia norteamericana en las guerras del Medio Oriente, hasta quienes apuestan por un gobierno más concentrado en los temas nacionales.
Al respecto, el senador por el Estado de Virginia, Richard Black dijo que Trump permanecería fiel a sus promesas de campaña y realizaría cambios dramáticos en las políticas de EEUU en la región de Oriente Medio.
Se espera que el presidente electo, el republicano Donald Trump, adopte una política exterior pacífica y se centre en los asuntos internos de EE.UU, enfatizó.
El senador Black auguró que, “vamos a ver cambios sustanciales en Oriente Medio. EE.UU va a alejarse de esa idea de cambio de régimen, donde vamos y tratamos de derrocar a gobiernos e imaginamos que de alguna manera estableceremos otros que seguirán la vía que queramos”.
“Veremos un cambio absolutamente dramático, en el que no vamos a estar derrocando gobiernos en países como Libia y Siria”, continuó el funcionario.
“Nos hemos convertido bajo el presidente Barack Obama e incluso bajo el presidente George W. Bush en una nación muy guerrera y creo que veremos un cambio”, concluyó.
Sin embargo, en el caso del país vecino, México, que comparte una extensa frontera con Estados Unidos, estos primeros días desde el anuncio de que será Donald Trump el nuevo presidente, ha convulsionado a muchos sectores, en primer lugar al financiero; y una caída drástica de la moneda local en comparación con el dólar, añade leña a un fuego que tiene muchas áreas complicadas para apagarlas.
Por ahora, las interpretaciones más diversas dominan el escenario mediático internacional. Pero una verdad se ha impuesto: Donald Trump es el nuevo presidente de Estados Unidos y junto a él, un Congreso totalmente republicano, puede inclinar la balanza hacia una u otra tendencia, pero siempre con aquello de sentirse como dueños de este mundo cada vez más ingobernable.

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