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Chile: abstencionismo sin precedentes

28 de octubre de 2016

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El elevado abstencionismo del 65 por ciento convirtió a las recientes elecciones municipales celebradas en Chile en un resultado sin precedentes, más allá del habitual ausentismo electoral tenido en el país austral en ese tipo de comicios, donde no entran en liza ni la presidencia del país ni los escaños parlamentarios.

Pueden ser, sin embargo, como un termómetro que en determinadas circunstancias sirven para medir la temperatura política o social y clasificar así mismo la correlación de fuerzas partidistas o de las alianzas electorales que, en estos casos, se disputan alcaldías y cargos edilicios.

En los comicios chilenos a que nos referimos –a mitad del mandato de la presidenta Michel Bachelet y la coalición de partidos Nueva Mayoría–, el saldo favoreció ligeramente por poco más de un punto de diferencia a los partidos opositores al gobierno que, entre otras pérdidas puntuales, perdió la alcaldía de la capital, lo cual en cualquier parte es una señal de advertencia de cara al futuro.

Téngase en cuenta que las elecciones tuvieron lugar en medio de las grandes movilizaciones –sobre todo en Santiago de Chile–, por una radical reforma educativa y contra los llamados “fondos de pensiones”, privatizados durante la dictadura de Pinochet. Esta campaña pudiera haber repercutido en contra de los partidos de gobierno y sus candidatos.

En el caso chileno actual, tampoco es fácil ver la situación política o social simplemente en términos de “izquierda” o “derecha”, pues la composición partidista de la coalición de gobierno incluye también al partido de la Democracia Cristiana (DC), una fuerza históricamente retrógrada y defensora de las peores causas, impulsora del golpe de estado contra el presidente Salvado Allende en 1973.

Así pues, la situación del gobierno es harto complicada y no le ha permitido hasta el momento una clara definición en favor de los sectores que mayoritariamente lo eligieron y no se sienten correspondidos. Algo de eso pudiera haber en los resultados de estas votaciones.

Los partidos pinochetistas (UDI y Renovación) aparentan júbilo y se dicen ellos mismos sorprendidos, mientras hacen cálculos para una eventual recuperación del Palacio de la Moneda en 2018 y comienzan a aparecer sus posibles aspirantes.

De todos modos, falta todavía un buen tiempo, dentro del cual pudieran ocurrir acontecimientos que contribuyen a alterar el saldo dejado por las reñidas municipales que –sin dudas– fueron el toque de alarma electoral no esperado por la heterogénea nueva mayoría.

No pocos analistas y observadores de la realidad chilena del momento, estiman que si el gobierno estuviera dispuesto a un golpe de timón en favor de su masa de electores mayoritaria lograría un equilibrio de fuerzas.

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