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Una historia ignorada

14 de octubre de 2016

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chalia

 

En varias ocasiones he expresado que Cuba ha contado siempre con músicos que apenas se conocen, porque no han tenido la suerte de ser promovidos como merecen. En el caso de las mujeres, el asunto es peor aún, sobre todo si forman parte del pasado lejano. Por eso hoy voy a referirme a una soprano de excelencia que fue favorita en escenarios nacionales e internacionales, cuya voz fue recogida, en 1897, en un cilindro de cera en calidad de soporte fonográfico, que no sólo iniciaba las grabaciones comerciales fuera del territorio nacional sino que, por primera vez, quedaba registrada la voz lírica de una mujer cubana: Chalía Herrera.
Nacida en La Habana el 17 de noviembre de 1864, su nombre real era: Rosalía Gertrudis de la Concepción Díaz de Herrera y Fonseca. Las obligaciones de su padre, don Pedro Díaz de Herrera Serrano, teniente de navío de la Armada Española en la capital cubana, la obligaron a pasar su infancia en España, Santiago de Cuba y la capital cubana, y según testimonio de la propia Chalía, realizó sus estudios en un convento de Cádiz, y se presentó por primera vez como cantante, en un concierto de Ferrol, aunque también había estudiado piano y violín en Santiago de Cuba cuando tenía 10 años.
A partir del debut, su carrera profesional iría en ascenso y su repertorio incluía óperas de los más relevantes compositores operísticos del siglo XIX, pero también zarzuelas; la célebre habanera “Tú”, del cubano Eduardo Sánchez de Fuentes; las guarachas “Mulatita de mi vida” y “Bajo un guayabo juraste”, de José Marín Varona; la clave “Las desventuras de Liborio” y el bolero “Lloraba un corazón”, de Manuel Maury; y la canción “Guarina” de Sindo Garay. Sus grabaciones fonográficas fueron realizadas entre 1898 y 1912, sobre todo para la firma Víctor. Según testimonio deCristóbal Díaz Ayala: “Además de sus grabaciones para los sellos Víctor, Monarch y Zonophonic, Rosalía hizo para la Columbia según parece sus últimas grabaciones, en julio d 1912. Son en total unas 135 entre 1898 y 1903, 20 en 1912 con la Víctor (posiblemente reediciones) y 13 en 1812 con la Columbia”.
Casada con el acaudalado norteamericano Thomas Hasking Graham, Chalía se establece en los Estados Unidos y, en 1893, continúa sus estudios en la recién creada Escuela de ópera y Oratorio de Nueva York, bajo la orientación de su director, el camagüeyano Emilio Agramonte. Un año después debuta en el escenario teatral de Washington, ocasión en que el diario Washington Post comentó:

“Cuando apareció por primera vez en escena Mme. Chalía, era totalmente desconocida. Cuando cayeron las cortinas en el primer Acto, era ya la favorita”.

A partir de entonces, esta soprano se consagró en roles protagónicos de óperas italianas tan famosas como “Aída”, de Verdi, y actuó en escenarios de París, Milán (la catedral del canto), y en el Metropolitan Opera House. También hizo temporadas en ciudades latinoamericanas y en el escenario habanero del teatro Payret, donde estrenó el rol de veguera en la ópera “Patria” de Hubert de Blanck. Y no puedo dejar de mencionar sus conciertos para recaudar fondos a favor de la causa independentista cubana.
Luego de su segundo matrimonio, a los 50 años de edad, Chalía se estableció en los Estados Unidos y, aunque no abandonó del todo sus actuaciones, se dedicó, a la enseñanza y a promover talentos jóvenes. Ya había expresado: “Quiero que sea Cuba la que recoja mi postrer suspiro cuando sea llegada la hora de mi última salida a escena”, cuando decidió regresar a Cuba enferma y pobre, donde falleció el 16 de noviembre de 1948, rodeada del cariño de sus admiradores y amigos.Tenía 82 años.

 

Chalía Herrera canta “O Patria mia”

 

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