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Veneno de araña promete como biopesticida

23 de septiembre de 2016

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Araña australiana de embudo.

 

Se trata del veneno de la araña australiana Hadronyche versuta. Todo parece indicar que el veneno que produce esta araña es un excelente candidato para combatir plagas de insectos, según el trabajo llevado a cabo por la Escuela de Biología de la Universidad de Newcastle, Reino Unido.

Se sabe que Hadronyche es un género de arañas migalomorfas australianas de la familia Hexathelidae. Algunas especies del género producen un veneno mortal para los seres humanos, muy similar al que produce Atraxrobustus, que es considerada una de las tres arañas más peligrosas del mundo y hay quien plantea que es las más peligrosa. Con esta especie también ha compartido el nombre común de “araña de tela de embudo australiana”.

Algunas otras especies de este género como H. modesta no son mortales para los seres humanos y sólo producen efectos leves. La picadura puede ser tratada efectivamente con el mismo antiveneno usado para Atraxrobustus, gracias al cual no se han vuelto a registrar muertes por mordeduras de estas arañas desde su introducción.

El veneno de H. versuta contiene péptidos, que difieren en sus efectos y objetivos. Para fabricar el biopesticida, los expertos crearon una proteína de fusión combinando estos péptidos con un tipo de proteína llamada lectina procedente de las plantas de las campanillas de invierno.Normalmente, los péptidos irían desapareciendo en el intestino del insecto, pero la lectina hace que el veneno llegue al sistema nervioso central, donde el efecto es mortal.El equipo probó el nuevo pesticida en varias plagas comunes, comprobando que interrumpía la transmisión nerviosa y causaba parálisis.

 

Lo más prometedor

El nuevo biopesticida, que recibió el nombre de Hv1/GNA, fabricado a partir del veneno de la araña, ataca las plagas más habituales en agricultura, pero no daña a las abejas. Sí, efectivamente, los resultados de las pruebas fueron muy distintos cuando probaron el biopesticida con las abejas Apis mellifera mellifera (subespecie de la abeja doméstica europea), pues solamente resultó nocivo en dosis muy elevadas. En dosis más reducidas, las que, normalmente, se aplicarían en las plantaciones, no registraron este tipo de efectos.

Este resultado podría parecer no relevante, sin embargo, las abejas son los polinizadores fundamentales y sus poblaciones están disminuyendo en todo el mundo. Existen grandes debates acerca de las causas de la desaparición de las abejas y sobre el llamado “colapso de las colonias”; pero, los pesticidas convencionales parecen haber desempeñado un papel fundamental en el aumento de la mortalidad. Las toxinas conocidas como neonicotinoides, de hecho, ya han sido prohibidas en la Unión Europea debido a sus efectos nocivos para las abejas.

En febrero del 2015, el sitio web phys.org publicó un estudio de la universidad de St Andrews y Dundee, en Escocia, en el cual se confirma que los neonicotinoides dañan el cerebro de las abejas

Muchos expertos, fitosanirarios, agricultores, han recibido estos resultados como una gran noticia para el sector agrícola, pues insisten en que los gobiernos deben desarrollar pesticidas específicos para plagas concretas. Además, es muy beneficioso para el medio ambiente, pues el biopesticida se degradaría rápidamente y no tendría efectos a largo plazo.

Aun así, los expertosestiman que es necesario seguir investigando para garantizar la seguridad del producto, especialmente en cuanto a las consecuencias para otros insectos como avispas y abejorros.

Una científica del Laboratorio “La Abeja”, Universidad de Newcastle, sentencio: “si destruimos la biodiversidad de los polinizadores, entonces será irrelevante la eficacia de nuestros pesticidas porque no vamos a tener ningún cultivo que proteger”.

 

Recordemos que…“la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Solo hay un medio para que perdure: respetarla y servirla.

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