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Espacio que se militariza

13 de septiembre de 2016

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La actual crisis económica ha recortado sobremanera numerosos  programas, pero ello no se refiere en nada a los objetivos militares que encabeza Estados Unidos en esa esfera.

Militarizar el espacio fue una idea que nació en época de Reagan, que luego Clinton desactivó en parte, Bush revivió y empeoró, junto a su vicepresidente Richard Cheney, y luego Obama no se ha atrevido a desmontar.

Recordemos que Cheney estuvo en la junta directiva de TRW y su esposa Lynn en la de Lockheed Martin. Otros guerreristas son miembros de la junta asesora del Center for Security Policy, institución privada que sirve de refugio a elementos derechistas y militaristas.

Toda una camarilla al servicio de la guerra desde el exterior, que no ha disminuido en nada sus objetivos, a pesar de no estar nominalmente en el poder. Por eso el anuncio de que se desmontarán planes espaciales ante el empeoramiento de la crisis económica, no corresponde realmente a la realidad.

Subrayamos: el fin de algunos programas espaciales norteamericanos y las operaciones conjuntas con Rusia y otras naciones para investigaciones que pueden mejorar la calidad de vida del ser humano, no significa que Estados Unidos renuncie al dominio desde el exterior de la Tierra.

Mientras se habla sobre el sistema antimisiles y otras acciones que ponen en peligro la paz mundial, no descansan los viejos proyectos insuflados desde antes de los sucesos del 11 de septiembre.

Fuera del control del presidente Barack Obama, o por lo menos no manejado  por este, Estados Unidos prosigue su proyecto de llevar a cabo operaciones militares en el espacio para defender sus intereses, no importa el mayor endeudamiento a que se vea abocado.

El objetivo en estos momentos es de controlar todos o los principales recursos energéticos, y esto lo tiene bien claro el Comando Espacial, adscrito a la Fuerza Aérea

Un informe de este Comando Espacial planteó hace años que la globalización de la economía mundial aumentaría la desigualdad entre los que tienen y los que no tienen. Es decir, admitió que no traerá la bonanza para todo el mundo, como aseveraron inicialmente los predicadores del neoliberalismo.

Los autores del documento plantean que la desigualdad hay que mantenerla, y que para eso es necesario militarizar el espacio. Por supuesto, los medios noticiosos estadounidenses no se dan por enterado respecto a estos planes, y hacen caso omiso de que la Asamblea General de la ONU haya votado en contra de una carrera armamentista en el espacio, y reafirmado el Tratado del Espacio Exterior de 1967, que establece los parámetros del Derecho Internacional para su uso pacífico.

Todos conocemos el lamentable papel que EE.UU. tiene asignado a Naciones Unidas. Canadá, un aliado de Washington, está en contra de los planes norteamericanos sobre el particular, al afirmar que “si un estado busca activamente la militarización del espacio, podemos estar seguros de que otros lo seguirá”.

A su vez, China declaró que “el espacio exterior es la herencia común de los seres humanos”. Pero EE.UU. hace caso omiso y sigue la consigna del Comando Espacial y de su programa: “Amo del Espacio”.

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