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Igual objetivo

13 de julio de 2016

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Las palabras pueden ser más amables, contemporizadoras y hasta tan prometedoras que llamen a engaño, pero el objetivo sigue siendo el mismo: destruir a Siria.
No importa que Estados Unidos y sus secuaces en la región del Medio Oriente comprendan que han dado demasiada ala a un Estado Islámico que vuelve contra ellos sus métodos de terror, porque se ha vuelto indispensable para ello revertir los continuados y exitosos esfuerzos de Damasco y Moscú por expulsar al EI y diezmar a quienes denominan eufemísticamente combatientes por la libertad.
Incluso el pueblo de Iraq ha tenido que pagar muy caro la expulsión del EI de su principal enclave allí, la ciudad de Faluya, al responder los terroristas con los mayores atentados delos últimos tiempos –que ya es decir- con centenares de muertos civiles. Pero esto es pan de todos los días y se menciona poco, al revés de cuando ocurre en París y Ankara.
Por supuesto, esto es parte de la herencia dejada por la ocupación estadounidense de Iraq, destruido sistemáticamente por quienes luchan por ocupar un poder que se vuelve anárquico.
Turquía habla ahora más suavemente, pide perdón a Rusia por haberle derribado alevosamente a un avión que combatía a los terroristas –a sus terroristas– y, aunque dice que los combate, por cada ataque aéreo presuntamente realizado al EI,hay cientos contra los kurdos en todas partes, que si están luchando efectivamente contra el Estado Islámico, buscándose también la animadversión norteamericana.
Lo más indigno de todo esto es que los verdaderos enemigos del pueblo sirio siguen diciendo que quieren salvarlo, pero no hay cambio en la política de Estados Unidos, Turquía, Israel, Arabia Saudita y demás enemigos del gobernó de Damasco, causantes de una guerra que se ha vuelto inacabable, con más de 300 000 fallecidos, unos cuatro millones de desplazados y un número incalculable de emigrantes desesperados que huyen de la muerte en tierra y la encuentran en el mar.
El objetivo de destruir a Siria es el mismo que emplea Israel para los países que apoyan a los palestinos, que le hacen contrapeso en el Medio Oriente, como se hizo con Libia.
Así, también se quiere dar un golpe mortal a un país independiente que tiene sus propias alianzas con Rusia e Irán, y dar unejemplo a quienes se resistan o apoyen, eliminando todo tipo de solidaridad.
Para el politólogo norteamericano James Petras, Estados Unidos no tiene posibilidad de que puedan gobernar los grupos que apoya, como los terroristas Al Qaeda y Al Nusra, que reciben armas y asesores de Washington, pese a la propaganda imperialista en contra.
No obstante, Damasco no abandona la vía diplomática para buscar la paz, de ahí que haya apoyado conversaciones entre Rusia y Araba Saudita, con el fin de que esta deje de apoyar a los terroristas.
Pero, pienso, es poco probable, ya que Riad está embarrada completamente con la agresión a Yemen. Los sauditas, su ejército y numerosos elementos mercenarios han invadido territorio yemenita, donde han utilizado avionesy tanques.
No hay que olvidar que Arabia Saudita ha respaldado las agresiones norteamericanas a Afganistán e Iraq y la de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a Libia, y apoyado por debajo de la mesa a Israel, por lo cual forma parte deesa caterva de poderes antipueblo que tienen en la destrucción a Siria igual objetivo.

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