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No quiere oír, ni ver

13 de junio de 2016

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Las recientes decisiones del presidente Mauricio Macri de suspender las transmisiones de RossiaToday en español y eliminar la señal digital de Telesur dicen a las claras de la calidad de la “democracia” que quiere imponer en Argentina, adespecho dela inédita marcha de más de mil periodistas (incluidos de órganos derechistas que lo apoyan) en protesta por la represión en general y espacialmente a las demostraciones contra la política neoliberal que está implantando en el país.
Ahora Macri elimina todo tipo de obstáculos para someter a quienes les disgusta la entrega de las riquezas del país a manos privadas, con su constelación de monopolios, trasnacionales y fondos especulativos que, como los buitres dan vueltas para aterrizar sobre la presa argentina.
La eliminación de medios divulgativos internacionales que denuncian sin estridencias, solo diciendo la verdad, es algo que desde hace rato elucubraba, incluso antes de asumir el poder mediante elecciones transparentes, gracias a la honestidad del gobierno de Cristina Fernández.
Macri no es un chapucero como pienso que se podía sindcar a Capriles y los testaferros opositores que están utilizando la violencia y la guerra económica contra el Gobierno Bolivariano de Venezuela, sin ocultar su apego a la Embajada estadounidense, muy penetrada por la Agencia Central de Inteligencia y en contubernio con la mezcla gusaneril venezolano-cubana residente en Miami.
Dando vueltas por aquí y por allá, lo primero que hizo al asumirla Presidencia fue hacer inoperante la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la cual pudo enmendar algo el barraje de desinformación inherente a los en ese entonces inconformes y opositores medios controlados por monopolios tales como Clarín y La Nación.
En Argentina, esto se vio claro en los intentos que la ultraderecha empleó para ensalzar a la oposición política y económica y los poderes en los cuales se apoyaban, en pos de lograr el socavamiento del poder del gobierno kirchnerista.
Ello es demostrativo, y no estamos “descubriendo el Mediterráneo”, que las dificultades de un sistema en que la mentira y su hermana mayor, la calumnia, ha estado siempre prestas en la prensa de la nación suramericana, de ahí su mayor peligro por su importancia en los pasos que desde hace varios meses había ensayado la contrarrevolución interna para lograr su sustitución por cualquier vía, con la bendición del imperialismo y el sionismo.
Antes de lograrlo por la vía pacífica, ya la hoy perseguida Telesur había señalado sobre el intento de golpe de Estado contra la Presidenta, a raíz de intentar enredarla en un proceso de imputación acerca de haber tenido que ver con la muerte del fiscal Alberto Nisman,
Como se ha publicado fehacientemente ,Nisman era allegado a círculos sionistas y de la embajada estadounidense, que estaba muy molesta por el rechazo de los denominados Fondos Buitres, que contó con la complicidad de un juez norteamericano para cobrar inescrupulosa e ilegalmente una deuda, a lo que ahora Macri, por supuesto, accedió.
En esta cuestión, la Corte Suprema Argentina no se pronunció nunca en aquel entonces, como un indicativo del silencio cómplice con elementos que conspiraron, incluso como quintacolumnistas, y que hoy están en el poder, llevando a cabo una política de desregularización y entrega al capital privado interno y externo.
Asimismo, llevan a cabouna política de persecución a la izquierda y centroizquierda y a todo lo que le huela a peronismo kirchnerista; despiden por motivos políticos y emprendimiento neoliberales a más de 160 000 trabajadore; frenan o intentan dar al traste con reconocidos avances sociales.
Una ultraderecha que le importa un bledo la soberanía nacional y se coloca en el apartado qu Cristina Fernàndez calificaba de chupadora de sangre, la cual endeuda al país no para emprender obras de infraestructura, sino con vistas a lograr y asegurar más ganancias al sector financiero internacional.

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