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Un fantasma bélico recorre Europa

31 de mayo de 2016

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Con el nombre de de Dragoon Ride II, unos 1 400 militares norteamericanos y 400 vehículos, realizan un recorrido exhibicionista por países del centro y este europeo, y a la vez que muestra cuanto poderío bélico hay en la zona, trata de convencer a los que no lo estén todavía en cuanto a que todo ese alboroto es para advertir a la vecina Rusia, según Occidente, enemigo contra el cual hay que estar muy bien preparados.
Por supuesto, en varias naciones del este europeo –la República Checa y Montenegro, principalmente– se han protagonizado protestas anti OTAN, mientras que en otros países el desfile militar ha transcurrido entre la indiferencia y la aceptación.
Y es que precisamente convertir a gobiernos y pueblos europeos y de otras latitudes en “fieles corderos de la aceptación y la indiferencia” ha sido un propósito muy bien estructurado por Estados Unidos, con el objetivo de hacer valer su postulado hegemónico, crear enemigos donde no los hay y mantener una matriz de opinión anti rusa, anti china y pro norteamericana.
Para tal objetivo usan el papel de los grandes medios a su servicio y magnifican la economía de mercado capitalista; mientras internamente saben del el escaso o nulo uso de la memoria histórica en una región que perdió más de 25 millones de personas por culpa de la guerra. Quieren hacer olvidar que Rusia, ese país al que ahora se le bloquea y cerca, fue conductor de la gran victoria contra el fascismo que salvó a las naciones europeas de ese mal.
Ahora la OTAN –engendro que debió desaparecer hace mucho tiempo– es la bandera del Complejo Militar Industrial de Estados Unidos para garantizar que se mantenga el abultado presupuesto de guerra actual, en medio de países en crisis económica, desempleo y un sistema enfermo por sus males acumulados.
La exhibición bélica norteamericana que como fantasma recorre Europa, forma parte de los ejercicios militares de la Alianza Atlántica que se desarrollan ya en naciones como Estonia, Letonia y Lituania –anteriormente soviéticas– y que se extenderán hasta el 22 de junio.
No por casualidad se escogieron a estos países. Se trata, con toda seguridad, de un desafió a la Rusia de Putin, a la que se proponen cercar con su escudo antimisiles y con la instalación de bases militares norteamericanas como las que ya proliferan.
Las voces de los checos que abuchearon a los militares norteamericanos a su paso por aquel territorio y de los montenegrinos que supieron en carne propia de los bombardeos norteamericanos contra la Yugoslavia a la que pertenecía Montenegro, aunque fueron aisladas, muestran que todavía queda patriotismo y vergüenza que se oponen a la usurpación de la soberanía europea por parte de militares enviados desde Washington.
La muestra del poderío de la OTAN y de las sofisticadas armas con etiqueta Made In USA que formaron parte de este desfile de 2 200 kilómetros, tuvo su arrancada en la ciudad alemana de Vilsech, sede de una base militar otanista y llegó hasta Estonia, el encanto norteamericano para “tener a Rusia en el visor”.
Terminado el recorrido, ya comenzaron los ejercicios militares con más de 10 000 soldados foráneos que usarán el Báltico como escenario. A los militares norteamericanos se unieron en esta etapa final de maniobras, enviados desde Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Luxemburgo, Noriega, Polonia, Eslovaquia y el Reino Unido.
Rusia, que se sabe provocada y tratada de cercar para planes militares posteriores, ha advertido sobre la verdadera intención de Estados Unidos con todos los objetivos belicistas que desarrolla actualmente en la zona.
Sobre el Escudo Antimisiles que ya tiene sus instalaciones en varios países del este europeo cercanos a territorio ruso, el presidente Vladimir Putin ha dicho que se trata de que “hoy allí se están instalando misiles con un alcance de 500 kilómetros. Dentro de unos años serán misiles con un alcance de 1 000 kilómetros. Incluso sabemos la fecha en que serán puestos en servicio estos misiles. ¿Cómo es posible que esto no nos ponga en peligro? Es evidente que es una amenaza directa para nuestras fuerzas nucleares”, alertó el presidente ruso.

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