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José Martí: consideraciones sobre la democracia

13 de mayo de 2016

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En sus cartas, discursos y trabajos periodísticos José Martí trató acerca de la importancia de garantizar el ejercicio de los derechos de los seres humanos y de los países y además hizo referencia a conceptos muy importantes de carácter político, como por ejemplo lo referido al establecimiento de una república auténticamente democrática y que tuviera como ley suprema el respeto a la digna plena de los seres humanos.
En un trabajo reflejado en la Revista Universal, de México, el 7 de marzo de 1876, Martí expresó que nada era tan justo como la democracia puesta en acción.
Para él no fue el término democracia un concepto abstracto sino que se basó en el ejercicio de toda una serie de derechos que se debían respetar y propiciar que los ciudadanos los hicieran realidad en su quehacer cotidiano.
Martí comentó que el mejor modo de defender los derechos era conocerlos bien y aseguró que así se tiene fe y fuerza y que toda nación sería infeliz en tanto que no educase a todos sus hijos.
En uno de los trabajos publicados en la Revista Universal de México, en su edición correspondiente al 18 de junio de 1875 había manifestado que en el hombre existe la fuerza de lo justo, y eso constituía el primer estado del Derecho. Y agregó seguidamente: “Al conceptuarse en el pensamiento, lo justo se desenvuelve en fórmulas: he aquí el Derecho natural. Y al realizarse en la vida, las fórmulas se desenvuelven en aplicaciones, la concurrencia de derechos crea derechos especiales…”
También Martí opinó que los sistemas políticos en que domina la fuerza crean derechos que carecen totalmente de justicia, y que el ser humano que tiende a la independencia y al concepto de lo justo, “forma en sus evoluciones rebeldes hacia su libertad oprimida y esencial, un conjunto de derechos de reconquista, derechos medios, derechos parciales, que producen la jurisprudencia, la ciencia de la aplicación de las fórmulas, lo que bien pudiera llamarse justicia de aplicación y relación.”
Igualmente en otro de los materiales por él publicados en México, en este caso, el 11 de junio de 1876, precisó que de nada serviría la libertad y el derecho, si el derecho y la libertad no se ejercieran.
Él afirmó, además, que en los pueblos libres el derecho ha de ser claro y que en los pueblos dueños de sí mismos, el derecho ha de ser popular. Esto lo reflejó en el trabajo Los códigos nuevos, publicado en abril de 1877 durante su estancia en Guatemala.
Martí consideró que los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan. Este planteamiento, por ejemplo, lo hizo incluso en Cuba el 21 de abril de 1879 cuando habló en un banquete en honor de Adolfo Márquez Sterling, efectuado en los altos de la acera del Louvre en La Habana.
Al año siguiente, después en un encuentro sostenido con emigrados cubanos residentes en Nueva York, efectuado el 24 de enero de 1880 en esa ciudad norteamericana resaltó que los grandes derechos no se compran con lágrimas, sino con sangre. En esa intervención, que suele ser identificada como Lectura en Steck Hall, Martí aseguró: “Cuando una aspiración es justa; cuando se la ha alimentado en silencio largo tiempo; y cuando se expone una existencia miserable para lograrla, para evitar que triunfe una solución que sólo tendría de aceptable la razón que la había engendrado es necesario favorecer y apresurar el logro del propósito justo. Y así tendremos derecho, como tenemos los que alentamos la revolución, a la gratitud de aquellos que podrían justamente mirarnos con odio.”
En torno a la importancia de los derechos y el desarrollo de la democracia en los países para garantizar la vida plena de los pueblos José Martí trató en otros trabajos y discursos en el transcurso de su existencia. Llegó hasta afirmar en forma resuelta en un trabajo publicado en La Nación, de Buenos Aires, el 27 de septiembre de 1885 que han de tenerse en grado igual sumo la conciencia del derecho propio y el respeto al derecho ajeno.
Y además planteó en otro material reflejado el 4 de junio de 1886 en la citada publicación argentina: “Todo aquel que no mira por el derecho ajeno como por el propio, merece perder el propio.”
De lo expuesto por José Martí sobre la democracia a los seres humanos y a los pueblos en general, así como en torno a sus aspiraciones de crear una República en su tierra natal una vez alcanzada la independencia, han opinado varios investigadores cubanos entre ellos el doctor Ibrahim Hidalgo Paz.
Precisamente en un trabajo titulado” Notas sobre democracia y participación popular en la República martiana”, publicado en el Anuario del 2002 del Centro de Estudios Martianos, el doctor Hidalgo señaló:

“Es posible referirnos actualmente a la validez de las ideas de José Martí acerca del ordenamiento republicano de las naciones porque no se propuso elaborar un modelo o patrón al cual debía ajustarse la realidad cubana y latinoamericana de su época, sino que plasmó en múltiples obras escritas –artículos, crónicas, discursos, documentos programáticos, cartas– su concepción acerca de la etapa inmediatamente posterior al logro de la independencia de su patria natal del dominio colonialista español.”

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