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Pausa con violaciones

2 de marzo de 2016

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En el ajedrez geopolítico en torno a Siria, se ha logrado una pausa –más que un cese al fuego–, que desde el mismo primer día sufre las más diversas violaciones por actores muy interesados en que la paz no llegue a esa nación árabe.
Por un lado y de manera reiterada, irrumpen las andanadas de cañones en la frontera con Turquía, donde las fuerzas armadas de Ankara hasta entran al territorio vecino para combatir contra los kurdos; estos últimos en lucha directa contra los grupos terroristas del Estado Islámico, protegidos en una zona que les sirve de provisiones de armas y hombres y a la vez de paso a sus camiones llenos de combustible robado a Siria y que venden a terceros países.
No obstante la población siria, que ha perdido a más de 260 000 de sus hijos en los últimos cinco años de guerra, recibe con alivio la pausa en los combates, más cuando posibilita el arribo de cierta ayuda internacional y local a pueblos con sus entradas bloqueadas por los grupos terroristas.
Sin embargo, diversos despachos de prensa de estos días en que se supone funcione el cese de las hostilidades, dan cuenta de acciones terroristas en 15 regiones del país.
En uno de estos casos, en Deir Ezzor, al noreste de Damasco, los grupos extremistas atacaron con cohetes y proyectiles de mortero y mataron a tres niños e hirieron a otros 12 civiles.
La incertidumbre sobre la duración del cese al fuego y su posible contribución a la paz en Siria, pasa, necesariamente, por otra guerra –la mediática– concentrada en desvirtuar propósitos a tal extremo que muchos norteamericanos asumen el cese al fuego como una derrota para Washington, según advirtió el jefe del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma rusa, Alexei Pushkov.
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha sido especialmente sincero al considerar la situación y ya ha comenzado a hablar de un plan B, si el actual esfuerzo diplomático fracasa.
Al respecto explicó a los senadores norteamericanos que una de las medidas más sugeridas, el establecimiento de una zona de seguridad en el norte de Siria, requeriría, según el Pentágono, el despliegue de 15 000 a 30 000 tropas.
Este llamado plan B es “el principal peligro para el cese al fuego pues procede de sus enemigos en Washington y sus aliados en la oposición armada siria”.
Rusia advirtió que “no se trata de un alto al fuego de dos semanas, sino de un armisticio sin límites de tiempo (…) nadie se proponía realizar un esfuerzo tan grande solo para que las partes tuvieran un respiro de dos semanas”.
Mientras las horas y los días transcurren, las fuerzas militares sirias y las comprometidas con la paz en la zona respetan el acuerdo; y la ONU insta a que así sea.
Mientras, los grupos terroristas, alimentados con dinero y armas de Occidente, hacen su reacomodo de fuerzas para continuar un ciclo de violencia.
Como conclusión, solo se encontrará solución si todos los comprometidos con la paz –dentro y fundamentalmente fuera de Siria– se alejan de la guerra armada y mediática y concentran su poderío e influencia en derrotar al Estado Islámico y los demás grupos terroristas.
Buscar la paz a través del diálogo y el respeto a la soberanía e integridad territorial de la nación árabe, es la fórmula única para que en Siria y la región del Oriente Medio, avancen en el cese el fuego y cuantas iniciativas presente la comunidad internacional.

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